Viernes 11 de mayo de 2018
ver hoy
En tiempos en que los conflictos limÃtrofes están a la orden del dÃa en el paÃs, quiero referirme al problema básico que genera estos entuertos, la estructura y división polÃtica del territorio nacional; heredad de señores feudales y de la división originaria de pueblos nativos de las américas es tan obsoleta e inapropiada que como acoté en alguna de mis antiguas columnas en este matutino, no sirve para gestionar un paÃs del siglo XXI. Viene a mi mente un pasaje anecdótico que vivà a finales de los años 90 en la zona del famoso proyecto aurÃfero Amayapampa - Capacirca en el recóndito y rico norte potosino, que pinta de manera clara los problemas que un proyecto emergente debe enfrentar. Ya en ese tiempo habÃa un estudio de factibilidad que garantizaba una exitosa operación minera de 1.500 tpd (Toneladas por dÃa) para explotar una reserva de 700.000 onzas de oro (con la cotización actual del oro esta reserva debe estar cerca de 1 millón de onzas); faltaba la aceptación de las comunidades para arrancar el proyecto, habÃa muchas empresas interesadas y una de ellas logró concretar una gigante reunión en la plaza del pueblo con representantes de tres municipios, 9 ayllus, 46 comunidades y 16 cabildos de la zona de influencia del proyecto minero, también representantes del gobierno regional y local, de la iglesia, sindicatos mineros, cooperativas mineras etc. Después de muchÃsimas horas de cabildeo inútil por la multiplicidad de intereses y expectativas, la reunión fracasó y el proyecto minero entró en la vorágine de idas y venidas entre originarios, mineros, empresarios, titulares de derechos, etc., que aún hoy continúa sin visos de apertura y concreción del proyecto minero. No vale la pena entrar en los detalles menudos de esta anécdota que para un territorio donde más de una vez hubo cruentas luchas (Con muertes en algún caso) por el control de la riqueza aurÃfera, resultarÃan reiterativos.