Concejo Municipal trinchera para busca “pegas”

La poca inteligente actitud asumida por los concejales del Municipio de Oruro pone al descubierto una tara que se arrastra desde hace muchos años, quizá desde la misma fundación de la República y que -por lo visto- no cambiará en el nuevo Estado Plurinacional, como pretenden las autoridades nacionales. Pudo más la prepotencia y actitud arbitraria de los nuevos concejales quienes se apersonaron al despacho de la señora alcaldesa para pedirle “pegas” a gusto y capricho, “para tener personal de su confianza”, sin importar su juramento de servir al pueblo y trabajar primero en beneficio de la ciudadanía.

El MAS lamentablemente se ha convertido en un partido que en Oruro recicla a los tan cuestionados dirigentes, candidatos y hasta militantes de los denominados partidos neoliberales, discurso que está gastado pero se contradice con la actitud de quienes por casualidad o azares del destino llegaron a ocupar un curul en el Concejo Municipal. Mientras el presidente Evo Morales proclama a los cuatro vientos que se lucha contra la corrupción, que se debe evitar el usufructo de la función pública, sus concejales que tienen el control del Concejo, incluso amenazan con huelgas de hambre para pedir “pegas”.

Esa actitud carente de moral y a todas luces oportunista, muestra que los transportistas, gremiales y hasta una profesora de danza, así como otro ex funcionario de la cuestionada administración edil del ex alcalde Bazán, ahora tienen la sinvergüencería de pretender amedrentar a la alcaldesa y exigirle “pegas”, queriendo además impedir la participación de la prensa y no permitir el ingreso de los periodistas al despacho de la jefa del Municipio para ocultar la actitud que asumen al interior del gobierno municipal.

Nunca se vio tamaña desfachatez, que sean los concejales que vayan a amenazar con iniciar una huelga de hambre por “pegas”, como lo hizo la dirigente gremial y concejal Laura Lima que siempre buscó un acomodo y estuvo transitando por las agencias partidarias de turno en pos de tener un cargo público, desde donde ahora sin mucho merecimiento, pretende hacer prevalecer su poder y cree que el ciudadano de a pie tolerará sus despropósitos.

La alcaldesa Rossío Pimentel (que ganó las elecciones municipales de abril de 2010), tras ser atropellada en su despacho y pese al desaire que le brindaron los propios concejales, días atrás, cuando la invitaron para realizar su reconocimiento oficial y todos salieron de la sesión en un cuarto intermedio -seguro para definir que “pegas” tenían que pedir- recibió a los representantes del ayuntamiento, pero grande fue la sorpresa cuando le increparon y le exigieron “pegas” para la gente de su confianza, figurando en las listas militantes de otros partidos políticos, con preferencia el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) del cual fue candidata a Constituyente la actual concejal del MAS Viviana Garrón, quien todavía trabaja en función mirista.

Los errores de los dirigentes del MAS y ahora de sus concejales resultan ser imperdonables, porque utilizan el nombre del Presidente del Estado Plurinacional, “hermano Evo” para cometer sus fechorías y aprovecharse en función del cargo, lo que debe ser sancionado, porque de acuerdo a la explicación del propio Presidente, nadie esta libre de ser enjuiciado con la nueva Ley Anticorrupción “Marcelo Quiroga Santa Cruz”.

Una actitud digna de ejemplo que debiera ser imitada por los concejales es la asumida por la alcaldesa Pimentel, quien entregó a todos los nuevos funcionarios que posesionó en el Municipio una copia de la Ley Quiroga Santa Cruz. Cumplió esas designaciones en estricto apegó a la Ley Nº 2028 de Municipalidades, donde se incluyó también a nuevas secretarias y otros profesionales para apoyar el trabajo de los concejales, que lamentablemente fueron echados del Concejo, por la actitud abusiva, arbitraria, arrogante y prepotente de quienes detenta circunstancialmente el control del gobierno municipal. Ojalá esa actitud cambie para bien y los concejales no se embriaguen con el poder efímero y pasajero que ostentan, porque la resaca puede ser amarga.

(*) Periodista