Los anuncios sobre "un crecimiento económico" aún sostenible en el paÃs, pese a las contingencias que se confrontan en materia de una disminución paulatina de nuestras reservas económicas, no deberÃan ser tomados con abierto optimismo, pues las observaciones de los mismos organismos que certifican la "buena racha" en nuestra economÃa, vislumbran cambios muy preocupantes de manera general para toda la región en función económica para los años venideros inmediatos 2019 y 2020, lo que deberÃa inducir a las autoridades a trabajar desde ya en programas de alternabilidad financiera para enfrentar los cambios que puedan darse.
Otro aspecto es que conociendo en detalle el movimiento de nuestra producción, se asuman medidas especiales para evitar competencia desmedida con la llegada de productos similares, vÃa importación o directamente mediante el contrabando, dos aspectos que han colocado a nuestras pequeñas y medianas empresas en la franja de riesgo al no poder cumplir obligaciones tributarias excesivas, incremento salarial y como se vislumbra hasta doble aguinaldo, lo que desincentiva cualquier emprendimiento particular, reduciendo al mismo tiempo fuentes de empleo, que son una necesidad para combatir la informalidad.
La otra parte de sostener una eficiente administración de los recursos nacionales, corresponde al aparato financiero del Estado, en el que deben evitarse los gastos suntuarios, los convenios lesivos a la economÃa nacional, tomando en cuenta que para el grueso de la población, se necesita mejorar los servicios básicos, agua, luz y alcantarillado y menos espectáculos públicos de elevado costo, como debe haber prudencia en lo que se califica como un despilfarro, al adquirir cierto material de lujo, para dependencias estatales, donde lo que se requiere es comodidad y no ostentación.
El desarrollo equilibrado de nuestras regiones debe ser un imperativo del Gobierno para satisfacer la expectativa nacional de alcanzar, una mejor condición de vida, con ingresos razonables, salarios dignos, sin que sean elementalmente cuantiosos sino que cubran las exigencias más premiosas de las familias nacionales, pero bajo criterios de economÃa compartida, y no diferenciada por condiciones propias de favoritismos que se ponen bajo cierta cubierta partidista, que es la causa de las diferencias, aún notorias, con una clase media más acomodada y un sector de la comunidad, que pese a las cifras de bonanza, se mantiene en la condición de pobreza, a mucha distancia del esperado beneficio comunitario que se deja esperar en los hogares más comunes, donde el fenómeno polÃtico es sólo parte de un diario vivir de muchas promesas y esperanzas.
Cuando transcurre el quinto mes del año, todavÃa no se dan condiciones favorables para asegurar el cumplimiento de promesas, especialmente en el orden de tener más empresas garantizadas y no acosadas, lo que significarÃa más empleos y menos dudas sobre su futuro. Se espera un equilibrio en las finanzas para que las mismas sirvan a todos los bolivianos por igual, no precisamente con sueldos inflados, sino con salarios dignos que permitan cubrir los gastos familiares sin distorsiones y en una proyección de estabilidad y desarrollo.
Fuente: LA PATRIA
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