Una ciudad para compartir

La idea urbanística de una ciudad en desarrollo, tiene que estar concebida en el mejor uso que se pueda dar al espacio público, de manera que todos los ciudadanos absolutamente, se sientan libres, cómodos y seguros, que los lugares sean definidos por áreas especiales y las mismas sean respetadas en la concepción de su utilidad cotidiana.

No vamos a decir que nuestra ciudad no se desarrolla, claro que lo hace, pero lamentablemente de manera desordenada, caótica y en algunos casos al margen de normativas vigentes, en otros contradiciendo principios regulares del uso de las calles, incluyendo aceras y calzadas, encerrando plazas y dejando espacios libres sin planificación adecuada para convertirlos en áreas verdes o para el descongestionamiento peatonal, debido a que los sitios regulares de circulación han sido invadidos por el comercio informal.

Hay algunos sitios casi aproximados a esa idea urbanística de amplitud con comodidad, como hay otros que han sido cercados limitando la libertad de tránsito y de comodidad para vecinos y eventuales transeúntes. Así como hay muchos barrios sin aceras, con calzadas en mal estado, con deficiencia en alumbrado público y sin lugares de esparcimiento, lo que muestra una falta total de equilibrio en los programas de desarrollo urbano.

Si los planificadores urbanos no piensan seriamente en cambiar la ciudad y convertirla en sitio agradable para compartir en familia o vecindad, la figura de la ciudad caótica persistirá y los factores negativos de inseguridad para los vecinos persistirá, mostrando nada más la incapacidad de funcionarios que no se atreven a poner orden en la planificación urbana, a partir de proyectos especiales en los que predomine la seguridad y comodidad ciudadana.

Hay que hacer inversiones, es cierto y por supuesto de magnitud, si se quiere construir un mercado moderno en la zona central, si se define la habilitación de un campo ferial para evitar el abusivo uso de calles para el comercio informal de temporada, si se aplican medidas para "limpiar" las aceras de puestos callejeros, de extensión de espacios de muchos almacenes, y si además se reordena el tráfico de transporte público, para descongestionar todo el centro de la ciudad.

Hay mucho por hacer, pero faltan planificadores urbanos y si los hay, deberían ser exigidos en la elaboración de planes, pero además apoyándolos en el cumplimiento de sus objetivos, pues de nada serviría aportar con ideas, si las mismas no tienen respaldo financiero y técnico administrativo, para lograr una ciudad viable.

La idea es que podamos contar con una ciudad ordenada, porque los espacios públicos deben ser apropiadamente dispuestos para acoger con pluralidad a todos los vecinos, los de a pie, principalmente, y los que circulan en motorizados. Todos tienen derecho a compartir la ciudad, pero por supuesto con las condiciones más elementales de respeto al derecho ciudadano, lo que exige, seguridad, comodidad y libertad de acción en nuestra ciudad, a la que todos queremos.

Fuente: LA PATRIA