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Domingo 06 de mayo de 2018

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Revista Dominical

Elena Rodríguez, la española "todoterreno" que se volvió corresponsal antidroga

06 may 2018

Por Deyvid Rocha Sánchez - Jefe de Redacción de LA PATRIA

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Una estatura aproximada de 1,65 metros, el cabello y la tez clara, resaltaron a primera vista entre los 25 corresponsales que culminaron el VII curso de corresponsales antinarcóticos en el Centro de Entrenamiento Internacional Antinarcóticos "Garras del Valor" (Ceiagava) hace dos semanas, era Elena Rodríguez Flores, una periodista española de 24 años que destacó durante los ocho días de instrucción recibidos en Senda Tres, base de los policías que luchan contra el narcotráfico.

Llegó a Bolivia hace seis meses, para cumplir una pasantía que realiza en la agencia de noticias EFE, gracias a un acuerdo con el banco La Caixa de España, que le permite cumplir una estadía fuera de su país durante nueve meses para aprender principalmente sobre periodismo internacional y formarse en el trabajo de agencia y aprender de otras culturas.

Tras realizar prácticas en radio y prensa escrita, ahora le tocó hacer su trabajo para la agencia EFE, considerado para ella como algo diferente que "tiene otras marcas, otras ideas que tienes que asumir, entonces intentan que a través de la estadía internacional te formes mejor, aprendas otras culturas y otras formas de trabajar y eso es lo que estoy haciendo acá en Bolivia".

Casualmente su primera cobertura fue el 1 de noviembre del año pasado, cuando se celebraba la víspera del Día de Todos los Santos.

"Era festivo entonces empecé bien, casualmente, mi primera nota fue del día de las ?atitas, para mí fue un choque cultural brutal porque en España no hay nada parecido, se celebra el día de Todos los Santos pero para nada así, entonces mi primera nota yo iba con la cámara y fue muy curioso ver toda esa gente, fue como poner los pies sobre la tierra, de verdad crucé el charco por primera vez, es una cultura y gente diferente lo que es muy enriquecedor para mí", afirmó a tiempo de recoger la ropa que dejó tendida en el tinglado del Ceiagava, luego de lavarla pues quedó muy sucia tras cumplir una peculiar instrucción.

Inclinada al periodismo social, siente que se debe dar más cobertura a las minorías, por ejemplo a la mujer porque cree que es la gente a quien hay que darle voz, "creo que la gente que son políticos, empresarios ya tienen medios suficientes para hablar y que le escuchen, a la gente a la que tienes que darle voz, en mi opinión, es a la gente que es pequeña, que nadie le hace caso y que es la que en verdad tiene grandes problemas", afirma.

Con esos antecedentes y con las ganas bien puestas de aprender lo que se le venga al paso, siempre está dispuesta a cubrir todo tipo de acontecimientos, ya sean sociales, políticos, deportivos e incluso de índole policial, aunque considera que es poco probable que realice ese tipo de cobertura.

CURSO

Llegó al curso de corresponsales antinarcóticos, gracias a la invitación que le hicieron a su jefe Luis Ángel Reglero, delegado de la agencia EFE en Bolivia y porque ninguno de sus compañeros quería acudir, tal vez porque conocían del exigido entrenamiento físico y mental que deben cumplir los periodistas para ostentar el parche de "corresponsal antinarcótico" y el de "garras".

Ya había acudido al Dakar y siempre estuvo presta a asistir a todo tipo de viajes, incluso para ser la que lleva los cafés o la "jalacables", sobrenombre que se le da al personal de apoyo de equipos de transmisión.

"Me gusta mucho ir a este tipo de cosas, entonces le propuse (a su jefe) y dijo ´sí, adelante, ve si te apetece, en España va a ser muy complicado que vayas a algo así porque hay cursos como este pero es complicado entrar´, es más una cuestión de contactos que de una convocatoria abierta a la que cualquier periodista pueda asistir, entonces una oportunidad así, gratuita, ocho días en la jungla boliviana, aprendiendo (No la iba a desaprovechar)", señaló Elena.

Afirma que la instrucción que recibió, impartida por los instructores "garras", le sirvió de mucho, pues si se la puede aplicar para el periodismo también puede servir para la vida diaria o para cualquier otra cosa, tomando en cuenta que en el Centro de Entrenamiento Internacional prima la trilogía "ser, saber y hacer".

"El curso me gustó mucho pero me gusta hacer más estas cosas porque conozco de verdad a la gente boliviana que al final es lo que he venido a hacer acá" añadió.

Pero el completar los días de instrucción también fue un reto personal para Elena, pues hace un año fue operada de la rodilla derecha por una lesión en el ligamento cruzado anterior y el menisco externo que se hizo jugando basquetbol, deporte que le apasiona y que le dio alegrías y tristezas, llegando incluso a formar parte de la segunda división de esa disciplina en su país, el entrenamiento antidroga fue su primera experiencia física luego de la intervención quirúrgica a la que fue sometida.

"Todo este año he intentado hacer (deporte) y tuve muchos dolores, en La Paz sobre todo por cuestión de la altura y que todo es en cuesta, eso me ha perjudicado a la rodilla, mis padres me dijeron que estaba un poco loca porque ´cómo me iba a meter a un entrenamiento militar´, de repente, dije que iba a hacer lo que pueda y sino aprenderé, escucharé o lo que sea, me sorprendió verme capaz de seguir el ritmo de los entrenamientos", añadió a tiempo de mencionar que es muy competitiva y que odia perder y al referirse a un trote de algo más de dos millas sin dejar de mencionar que debía llevar un peso extra de seis kilos.

Su estadía en el Ceiagava fue junto a otras siete mujeres, de diferentes lugares de Bolivia, donde nadie se conocía y se vieron por primera vez, al principio, era raro pues en la barraca que ocupaban nadie hablaba, aunque de a poco, la confianza brotó entre las féminas que también cumplieron los días de instrucción.

"Enseguida nos llevamos muy bien, cada una tiene su forma de ser, nos apoyamos mucho y creo que fue importante el grupo de 8 mujeres y 18 hombres, claro está un poco más descompensado, yo no me sentía para nada en inferioridad, ni he sentido que nos hayan tratado con condescendencia, he visto que nos han marcado lo mismo y que lo hemos hecho, lo hemos hecho porque estábamos juntas", señaló.

Aunque no lo admite, Elena destacó entre todo el grupo de corresponsales por tal motivo, fue elegida entre las mujeres para dar las palabras de agradecimiento en el acto de entrega de certificados y parches al final del curso.

"Yo no diría destacar, sinceramente no me sentí así, me ha sorprendido que ellas quisieran que yo hablara, les he dicho que a mí me parecía mejor que hablara alguien de Bolivia porque entiendo que es la Policía Boliviana, es algo serio pero no, se han sentido como muy abiertas, la han pasado bien y que entienden que en ciertos momentos he tirado el grupo pero porque es mi carácter, porque soy muy competitiva", sostuvo.

"Hace seis meses llegué a Bolivia, para hacer lo que más me gusta, lo que me apasiona, ser periodista. Desde el primer momento este país me ha abierto sus brazos, me ha mostrado sus virtudes y sus rarezas, su cultura, su historia y su esencia. Nunca imaginé encontrarme en este punto tras ocho días de superación, de esfuerzo, hemos logrado como grupo algo maravilloso, demostrando que siempre podemos ir un paso más allá, que juntos somos más fuertes. Creo que verdaderamente han marcado un punto de inflexión a nuestras carreras", fue parte del discurso que brindó en el momento de la clausura.

Aunque Elena no fue la primera periodista internacional en acudir al "Garras del Valor", pues antes cumplió el entrenamiento una norteamericana, afirmó que lo aprendido influirá no sólo en su vida profesional sino a nivel personal, pues no es menos el haber forjado una actitud de liderazgo y el deseo de seguir adelante aunque a veces no salgan las cosas.

"Aunque a veces te veas y digas "no soy capaz de hacer este video en cinco minutos, no soy capaz de escribir esta crónica tan rápido", pues quizás sí puedes, simplemente es creer, intentarlo, esforzarte y si no lo consigues a la primera, a la segunda, a la tercera lo harás y aquí más que todo, más que el tema de sobrevivir en la jungla, lloviendo, el diluvio o correr dos millas con las lágrimas (Bultos con arena que pesan seis kilos aproximadamente), físicamente eso lo puede hacer cualquiera es una cuestión de entrenamiento, lo que me pareció más interesante es el entrenamiento mental, prepararte para la presión, para cualquier situación, el estar en alerta, eso creo que es muy bueno y que creo que no lo había visto en ningún otro centro o curso que había hecho, eso me parce que es muy importante y me parece que aquí lo hacen muy bien", finalizó.

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