Esperan una adecuada política para extraer litio

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Una vez que se han tomado decisiones para encarar la industrialización del litio boliviano, admitiendo que los proyectos bolivianos no han satisfecho las expectativas de sus promotores, debido a varios factores, naturales, en función a las condiciones que prevalecen en el salar de Uyuni, que no son las mismas que rigen en salares vecinos de Chile y Argentina, como tampoco pueden aplicarse al otro salar boliviano en Coipasa, lo prudente aunque con alguna demora en función de tiempo, ha determinado la búsqueda de un "socio externo" que facilite su tecnología y hacer sociedad con la empresa nacional del litio, aportando una respetable inversión.

Por lo menos a la fecha y como dice la cueca después de tantas idas y venidas� se decidió convocar a firmas extranjeras que respondieron a la invitación y hay una definida para encarar la construcción de la planta industrial del litio.

La ventaja de nuestro país es que tiene el yacimiento de litio más grande a nivel mundial, ubicado en los salares de Uyuni, el principal y donde se construirá la nueva planta, pero también se consigna necesariamente el salar de Coipasa en jurisdicción del departamento de Oruro y que debería también licitarse para que otra empresa disponga tecnología que trate la riqueza de ese salar, que tiene algunas diferencias de contenido de litio con relación a las salmueras de Uyuni.

Lo evidente de una u otra forma, es que se apresurará la legalización de los trámites de concesión a la firma alemana, para que la misma comience cuanto antes su trabajo propuesto en un plan inicial que ha sido analizado y satisface la expectativa de ejecutivos y técnicos de YLB, para recuperar el tiempo perdido y hacer que nuestro país se ponga a nivel del avance subregional en la carrera por la producción de las baterías de litio para la floreciente industria de los automóviles eléctricos que ya requiere una buena cantidad de baterías.

Analistas y especialistas del tema tienen opiniones diversas sobre este caso, unos defienden la posición inicial de manejar todo el proceso con tecnología boliviana, lo que no se pudo dar por especiales circunstancias, mientras que otros observadores más realistas, admiten y consideran una solución al problema, el haber desistido en el empeño tecnológico "nativo", permitiendo que con un "pasito al costado", se admitan limitaciones y se encargue la continuidad del proyecto a una empresa que garantice la industrialización de nuestro litio. El tiempo establecerá la validez de una medida que recupere el tiempo perdido y asegure el cumplimiento de objetivos prácticos en el megaproyecto del litio.