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Domingo 29 de abril de 2018

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Revista Dominical

Ojos del mundo

29 abr 2018

Fuente: Abril del 2018

Por: Victoruro Sepúlveda Chusaqueri

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El desarrollo del conocimiento en el ser humano brota como el agua de los manantiales que riegan y dan vida de manera espontánea y natural al mundo. Compartir ese conocimiento para beneficiar a otros de manera desinteresada y amable, es altruismo y amor por los semejantes.

La organización española "Ojos del Mundo" ha llevado a cabo en el mes de marzo del 2018 una campaña formativa en Oruro para operar de cataratas a quienes lo necesitan, especialmente los ancianos más pobres y desvalidos de la ciudad y los pueblos cercanos. Al mismo tiempo capacitar en la práctica a los médicos oftalmólogos bolivianos en este tipo de cirugías cada vez más necesarias.

Según mi apreciación personal, participaron intensamente en dicha campaña que se prolongó por una semana, tres oculistas que llegaron de La Paz y otros tres de Oruro dirigidos por el maestro venido del Paraguay Dr. Reinald Duerksem y su esposa, que por su aspecto más parecían alemanes que paraguayos. La coordinación, dirección del equipo y las acciones pertinentes estuvieron a cargo de la doctora Reyna Pari de La Paz, representando a "Ojos del Mundo".

La catarata es un deterioro progresivo de la visión, provocado por el opacamiento del cristalino que va aumentando con la edad y es como una nube delante del ojo que se va haciendo cada vez más densa y puede derivar en una total ceguera. La operación consiste básicamente en retirar el cristalino dañado y reemplazarlo por un lente artificial que se inserta dentro del globo ocular. Por lo delicado de la visión se trata de una cirugía de alta complejidad y riesgo, aunque se realiza con anestesia local y no requiere hospitalización, es decir el paciente recién operado se va caminando a su casa con recomendaciones estrictas de no hacer esfuerzos bruscos y un tratamiento de irrigación al ojo intervenido con antibióticos y corticoides que se van disminuyendo a medida que va sanando. El resultado es sorprendente y cercano a lo milagroso, pues recuperar la visión perdida es como volver a nacer.

En mi caso quisiera afirmar y agradecer profundamente a todo el equipo médico y personal que participó en esta extraordinaria campaña.

En mayo del 2017 visité el Centro Oftalmológico Oruro dirigido por el doctor Marco Mareño Zurita, quien me diagnosticó una catarata en el ojo izquierdo y la posibilidad de operarla en el Centro Oftalmológico Cubano en El Alto de La Paz. Por diferentes razones fui postergando la intervención, pues mis actividades musicales y el trabajo duro en el campo no me permitían tomar la decisión y por otro lado uno se va acostumbrando a vivir con esa discapacidad y el temor de entrar a un quirófano desconfiando de los resultados, así va pasando el tiempo y el mal va aumentando. Mi ojo izquierdo ya estaba totalmente empañado y solo podía ver luces y sombras sin distinguir absolutamente nada con claridad. La visión mono-ocular con el ojo derecho se deterioraba progresivamente y ya no podía leer ni escribir con cierta normalidad.

Entonces decido operarme después de Carnavales, para lo cual voy nuevamente al Centro Oftalmológico Oruro la segunda semana de marzo y, el doctor Mareño me informa de la campaña "Ojos del Mundo" que se iba a realizar entre el 19 y el 24 de este mismo mes, en el Hospital General San Juan de Dios de Oruro, y me presenta a la doctora Reyna Pari, quienes me dan una orden para el laboratorio del mismo hospital y según el resultado de los análisis de sangre y cardiológico indicarían si estaba apto mi estado de salud para someterme a la operación. Afortunadamente estaba calificado y me dan hora para el jueves 22 a las 08.00 horas pues iban a intervenir a cinco pacientes cada día. Sin embargo, el doctor Duerksem, recién llegado de Paraguay, quería conocer y entrevistar a los pacientes calificados y nos citan para el martes 20. El primer encuentro fue excepcional. Nos fue atendiendo de a uno por orden de llegada y su trato amable casi cariñoso, su mirada directa y el hablar pausado irradiaban confianza y sencillez, los elementos propios de una eminencia, un gran maestro que alegremente brindaba sus conocimientos en beneficio de los demás.

Aquel martes 20 de los cinco pacientes citados para entrar al quirófano solo llegaron dos. Los tres restantes habían desistido. La mayoría de los postulantes interesados en operarse de catarata no pasaban las pruebas de laboratorio principalmente por diabetes o hipertensión. Otros se asustan y se escapan a último momento.

Entonces me proponen operarme ese mismo día y yo acepto encantado. Luego de la anestesia local al ingresar al pabellón de operaciones sólo pude ver al equipo médico preparado con sus barbijos y trajes estériles que me alistaban para la intervención. Reinaba un ambiente sagrado y de mucho respeto que percibí por sus voces que escuchaba atentamente reconociendo con claridad las instrucciones del maestro Reinald que iba dirigiendo con tranquilidad y sabiduría al resto del equipo que me operaba. Al terminar me despiden con mucha cordialidad y me citan para el día siguiente para sacarme la venda y ver los resultados. Fue un éxito total. Mi impresión fue muy grande al ver claramente todo. Mi ojo izquierdo estaba totalmente recuperado pero quedan los cuidados y tratamientos post-operatorios que deben ser rigurosos.

Estoy contento y agradecido de haber caído en buenas manos y poder mejorar la calidad de vida como otros adultos mayores que como en mi caso hemos recuperado la visión para poder mirar la realidad de manera íntegra y ver más allá de nuestras narices aprendiendo a cuidar y valorar los ojos que son las ventanas del alma.

Fuente: Abril del 2018
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