Histórica reunión de dos Coreas

Demostrando que todo es posible cuando hay voluntad, decisión y visión pacífica de integración, los, líderes de Corea del Norte y Corea del Sur, países que se encontraban en conflicto, lograron lo que muchos observadores dudaban, un encuentro de paz que les abre simultáneamente muchas posibilidades para fortalecer su crecimiento sin destruirse y al contrario empujando sus programas de liberación industrial.

Dejando de lado viejos antagonismos, los líderes de las dos Coreas fueron parte de un histórico encuentro que tuvo relevancia en el continente asiático, pero que además trascendió al mundo entero por las connotaciones de dos países que se enfrentaron en una guerra cruel hasta dictarse el alto el fuego en 1953, aunque el conflicto no encontró aún el tratado de paz que puede formalizarse recién, pero la intención mancomunada de los líderes de dialogar en paz, tranquiliza a la humanidad, pendiente de tercera conflagración mundial.

El encuentro de los dos líderes coreanos, Moon Jae-in, presidente de Corea del Sur y Kim Jong-un, líder norcoreano, cumplieron un interesante protocolo de cruzar la frontera entre ambas naciones, saludarse amistosamente y lo más importante iniciar una cumbre para tratar la posible desnuclearización del régimen de Pyongyang, un centro de alto riesgo nuclear.

Lo que se observaba como una acción imposible, se convirtió en una realidad posible, tras extremarse todo un aparato de alta diplomacia, de diálogo entre emisarios representativos de las dos Coreas, hasta llegar a la instancia de un encuentro frente a frente de los líderes, pero en un acto de paz y de clara convicción superior de quienes por cuenta propia ostentaban a su modo un poderío bélico que al desatarse en acciones hostiles, arrastraba en las dos posiciones a seguidores mundiales que igualmente hubiesen llegado al fatídico enfrentamiento.

Los gobernantes de Estados Unidos, Rusia y China, los de Europa, Asia, la América Central y la del Sur, han mostrado complacencia por el paso que los dos mandatarios coreanos dieron en la zona fronteriza que los separaba y que ahora es parte de un ejemplo muy claro de condescendencia, de entendimiento y de comprensión para allanar las dificultades, vencerlas y concretar la misión de resolver problemas, extremando hábilmente las posibilidades de una diplomacia activa en el doble sentido de obtener resultados positivos por la vía del diálogo, dejando de lado las presiones de políticas conservadoras que alientan caprichos negativos, que se traducen en la causa de conflictos y enfrentamientos ideológicos que están siendo superados por el intercambio de nuevas ideas, las cuales buscan la paz, en un ámbito de convencimiento de que diálogo y diplomacia son más fuertes que hostigamiento y armas.

El cara a cara de los líderes coreanos ha dejado al descubierto que en las condiciones de mayor peligro, puede bajarse la tensión, si recíprocamente dos países, dos gobernantes, dos sociedades se empeñan en dialogar y solucionar sus diferencias, en aras de la unidad, la solidaridad y el respeto a los derechos de toda una sociedad que desea integrarse para vivir en paz.

Fuente: LA PATRIA