Joseph Schumpeter: un visionario de la Ciencia Política

Existen libros que no pierden actualidad, por lo contrario, adquieren mayor actualidad debido a que sus autores trasladaron su visión al futuro y sus cogitaciones, hoy, se despliegan como realidad en la actualidad, ya en sí muy complicada y sujeta a interpretaciones sesgadas, por intereses políticos. El libro que se analiza sintéticamente en esta columna fue escrito en el año 1.946 bajo el título "Capitalism, Socialism and Democracy", traducido al español en el mismo año por la editorial Claridad de Buenos Aires.

Schumpeter fue la fuente de las definiciones de democracia hoy vigentes, pues confirmó con honestidad que la democracia es un invento de los antiguos griegos, aunque los liberales trataron de arrogarse la autoría de esta forma de gobierno, empero, la historia es diáfana y establece su veredicto. La democracia es útil para la conciliación de los pueblos y los liberales nunca fueron pensadores democráticos siendo su preocupación central cómo evitar el gobierno de la mayoría.

Otro elemento contradictorio de los liberales es la división del poder, cuyos postulados también inequívocamente tratan de arrogarse como autores, cuando fueron los griegos de la antigüedad los que estructuraron la división de los poderes debido a que los griegos concebían la democracia en un sentido de igualdad y responde a un diagnóstico de crisis, y la crisis para los griegos era la desintegración social debido a la ineficacia de la división de los poderes, entonces, cuidaron excelsamente la aplicación y vigencia de esta división de poderes.

La filosofía de la democracia del siglo dieciocho puede resumirse en la definición de Schumpeter "el método democrático es el arreglo (O componenda, interpretación del columnista), institucional para llegar a decisiones políticas que realizan el Bien Común, haciendo que el pueblo elija mediante elecciones".

El Bien Común sería la luz de la política y es siempre fácil de definir y que puede esclarecerse a cualquier persona normal mediante el razonamiento y no habría excusa para no distinguirlo y tampoco explicación para que la gente no lo perciba, salvo la ignorancia, que puede ser superada o eliminada, la estolidez e interés antisocial. En resumen, este Bien Común implica respuestas concretas a los hechos sociales que inequívocamente pueden ser llamados "buenos o malos".

Schumpeter, con su visión, nos aclara la causa de los malos gobernantes cuando discierne que el ciudadano típico desciende a un nivel inferior de rendimiento mental tan pronto ingresa en el campo político y además, esclarecedoramente, nos desplaza a dos consecuencias, una, se refiere a que si no existiesen grupos políticos que tratan de influenciar a los ciudadanos, estos tenderían en asuntos políticos a ceder a prejuicios e impulsos irracionales o extra racionales, la otra, dice que cuanto más débil sea el elemento lógico en el espíritu de la ciudadanía y más completa la falta de critica racional, de la influencia racional de la experiencia y de la responsabilidad, mayores son las oportunidades para los grupos que tengan intereses personales en juego, ejemplo los políticos profesionales.

Schumpeter es el referente de las definiciones precisas y vigentes de la democracia y de la dinámica de apoyo político no en sentido de representación.

(*) Abogado corporativo, posgrados en Interculturalidad Y Educación Superior, Docencia en Educación Superior, Conciliación y Arbitraje, Derecho Aeronáutico, Filosofía y Ciencia Política (maest), doctor honoris causa, escritor.