Prominente teórico boliviano: René Zavaleta M.

La obra completa del intelectual del epígrafe es decisiva para comprender los avatares de la política del país y también del continente de habla hispánica, pues sus acertadas y muy meditadas teorías trascendieron lo nacional a lo extra limítrofe.

Sobre la Ciencia Política sitúa el problema como un orden ontológico que necesariamente decanta en la importante cuestión de la democracia que la define como "la medida de la presencia de mujeres y hombres como una entidad activa frente a la vida".

Zavaleta propugna cuatro conceptos intelectivos de la democracia, que en esta columna se trata de esbozar sintéticamente para que el lector, sobre todo la juventud, pueda apreciar la creatividad del autor en estructuración de teorías, no siempre fáciles en su comprensión. La conciencia de la libertad es la consumación de la libertad y su ampliación y, el individuo que se pierde como conciencia se recobrará sólo a partir de la totalización a la que concurre como un todo que es la parte del obrero total.

Zavaleta pregunta ¿Por qué se dice que el valor es una medida histórico-moral?, y responde: "porque no es una cosa dada sino un resultado, o sea, un movimiento, por lo contrario, lo histórico es la separación del momento en relación al devenir o futuro no discriminado, y lo moral es la inserción de lo humano en el tiempo discriminado."

Otra explicación esclarecedora sobre la subsunción la espiga este notable teórico, indicándonos que existe la subsunción real que sería la transformación sustantiva del proceso del capitalismo, y la subsunción formal que infiere la relación de los capitalistas en medida parcial.

El tema de la democracia representativa Zavaleta lo discierne con diáfana claridad y contundencia, pues esta acepción democrática tiene validez en cuanto a la sociedad civil y al Estado político, teniendo ambos una forma de superposición: cuando el Estado es ajeno y distante con la sociedad civil y no crea relaciones fluidas con ella, es decir, no la representa auténticamente, se trata de una representación aparente, como sucede paradigmáticamente en un gobierno de facto que toma al Estado. Empero, cuando el Estado establece relaciones fluidas con la sociedad civil, teniendo como mediador a un legislativo diligente, bien estructurado y formado en Ciencia Política y leyes, se trata de una fehaciente representación, entonces, no se vaticina una ruptura.

La democracia como problema de la teoría del conocimiento está tratada por Zavaleta como el propio conocimiento que significa el hecho increíble que un ser, el cognoscente, no solamente exista entre los demás seres, sino que siendo transparente a sí mismo, existe en sí, pero al mismo tiempo existe fuera de sí, por cuanto reproduce en sí lo "otro", y es así como las teorías se reproducen.

Sobre la democracia como autodeterminación de las masas. La historia, apunta Zavaleta, es una que se estructura contra el Estado, siendo su esencia o quididad la rebelión y no la pertenencia. Es esclarecedora su puntualización teórica sobre la distinción entre masa y sindicato, pues este no es masa debido a su esquema organizacional, más se refiere por masa a la calidad, a su fuerza productiva y no a una mera agregación, sobre todo que las masas propugnan, como Marx, a la desaparición del Estado; la masa es la sociedad civil desarrollada fuera del Estado.

En conclusión aproximativa a la obra de Zavaleta, es evidente que este trabajó en base a Karl Marx y a Antonio Gramsci, siendo su propósito cardinal desarrollar más teoría; objetivo logrado sobreabundantemente; haciendo historicidad con sus profundas cogitaciones.

(*) Abogado, posgrados en Interculturalidad y Educación Superior, Conciliación y Arbitraje, Filosofía y Ciencia Política (maest), Docencia en Educación Superior, Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa, escritor.