El mayor porcentaje de accidentes de tránsito en el país, se produce por imprudencia e impericia de los conductores, tanto en las calles como en las carreteras, lo que se comprueba tras informes de las investigaciones que se realizan en los hechos registrados y que también en alto nivel son la causa de muchas víctimas fatales y elevado número de heridos.
Los datos corresponden al Viceministerio de Seguridad Ciudadana y la sección de accidentes de la Policía Boliviana, al asegurar que el 57,72 por ciento de los hechos de tránsito corresponden a imprudencia e impericia de conductores, mientras que un 12,50 por ciento de accidentes se atribuye a exceso de velocidad y el 11,36 por ciento corresponde a conductores en estado de embriaguez. Las cifras tienen carácter nacional y aclaran algunos conceptos erróneos que atribuían la mayor cantidad de accidentes al consumo de alcohol por parte de quienes manejan motorizados.
En el interesante trabajo realizado por personal del viceministerio de seguridad ciudadana y las secciones especializadas de la Policía, se toma en cuenta algunas referencias de años recientes en que la estadística atribuye por ejemplo una mayor frecuencia de accidentes al distrito de La Paz, luego Santa Cruz y Cochabamba, ciudades del denominado "eje central", aunque se aclara que en la sede de gobierno se consignan incidencias especiales como las características topográficas de la ciudad y de sus carreteras, además de una mayor concentración de motorizados en circulación.
Otros detalles del estudio realizado, señalan que hay otros factores que son tomados en cuenta como parte de la accidentalidad vehicular y el saldo de afectados, consignándose el incumplimiento a las normas de tránsito por irresponsabilidad o desconocimiento de las mismas, se incluye la imprudencia de los peatones, fallas mecánicas, señalización defectuosa especialmente en carreteras, mal estado de las vías y falta de previsión oportuna.
Los problemas tienen que ver por otra parte con la vigencia de un Código de Tránsito en uso desde 1973 y desactualizado en el tiempo presente, cuando han cambiado las circunstancias de circulación, cantidad de motorizados y por supuesto de conductores, una buena cantidad con poca experiencia en materia de conducción y respeto a las normas policiales y algunas municipales. En el caso de las ciudades se incluye como factor negativo y peligroso el estado deficiente de los sistemas de semaforización y la poca cantidad de estos instrumentos de orden vial, especialmente en sectores con alta densidad de circulación de motorizados.
Parece que los datos divulgados despertarán el interés de algunas autoridades, especialmente las que serán parte de la Cumbre Nacional de Seguridad Ciudadana, un evento que analizará la problemática general de inseguridad atribuible a factores de accidentabilidad ocasionada por circunstancias en las que influyen elementos extraordinarios, causados mayormente por irresponsabilidad humana y la falta de normativas actualizadas para controlar esa indisciplina e irresponsabilidad ciudadana.
Hay necesidad de renovar el Código de Tránsito, reformar y actualizar su contenido normativo, para adecuarlo a las actuales necesidades de regular el manejo responsable de todo tipo de motorizados para que su circulación en general se ajuste a las condiciones de respeto a los derechos ciudadanos, precautelando la seguridad y comodidad de conductores y peatones, allí donde tal presencia sea objeto de especial respeto, considerando que en el país hay más de 1,8 millones de vehículos, una mayoría en circulación y en condiciones de relativa seguridad.
Fuente: LA PATRIA
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