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Domingo 22 de abril de 2018

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Cultural El Duende

Una mirada crítica sobre los abogados y la atmósfera cultural en Chuquisaca a fines del siglo XVIII y principios del XIX

22 abr 2018

Erika J. Rivera

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Con regularidad advertimos elementos incómodos en el ámbito del ?rgano Judicial de la sociedad boliviana actual. Como por ejemplo el problema de la justicia, la burocracia y la excesiva oferta de profesionales abogados ante una demanda menor que percibe una debilidad institucional. Asimismo por la opinión pública notamos que la ciudadanía no se encuentra satisfecha por los resultados de la institución judicial y las diferentes instancias que deberían cumplir los procesos con celeridad, gratuidad y probidad sin subordinación a ningún otro ?rgano del Estado de acuerdo a los principios establecidos por la ingeniería constitucional. Este problema nos interpela a los ciudadanos, debido a que consideramos necesario el fortalecimiento del estado de derecho ya que ni gobernantes ni gobernados deberían estar por encima de la ley. Son las mismas personas quienes señalan soluciones desde diferentes aspectos, como por ejemplo el mejoramiento de la infraestructura, del presupuesto, de la meritocracia. Otras personas también mencionan la necesidad de reflexionar sobre los códigos paralelos que se enseñan desde las aulas universitarias, faltando a un comportamiento ético. Entonces un factor importante para la discusión también se halla en el problema de la educación. Así que educación y derecho nos mostrarían caminos para realizar trabajos de campo sobre la corrupción y la incidencia perjudicial en nuestra sociedad. Pero como estos son problemas que requieren la reflexión y la articulación de distintos niveles, no podemos solucionar problemas complejos con reflexiones dispersas. Me detendré simplemente a comentar un aspecto histórico, porque yo considero que es lo que nos permite avizorar distintas alternativas y nos hace tomar conciencia que estos problemas vienen de mucho más atrás. Por lo expuesto creo que muchos de nuestros problemas son históricos. Entonces la historia nos debe ayudar a reflexionar con mayor profundidad para comprender el presente. Sin olvidar que los escritos y contextos del pasado no deben ser leídos con valoraciones axiológicas del presente.

Como ya lo expresé, si nos planteamos problem as en el presente, es bueno recurrir a investigaciones históricas que nos señalan panoramas no tan distintos a los problemas de hoy. Como por ejemplo que nos es algo nuevo la producción en exceso de profesionales en Derecho. Sobre este y otros temas acerca del gremio del derecho existe un libro crítico muy interesante de Clément Thibaud que se publicó el 2010 en Sucre por la editorial Charcas, titulado La Academia Carolina y la independencia de América. Los abogados de Chuquisaca (1776-1809). El texto nos explica la atmósfera cultural de Charcas a fines del siglo XVIII ante la segunda reforma borbónica, las turbulencias sociales y turbulencias étnicas, y asimismo la Creación de la Academia Carolina y su funcionamiento institucional. También el autor desarrolla la homogeneidad y diversidad de los abogados como corporación con un trabajo estadístico respaldado por fuentes primarias, señalando datos esclarecedores sobre los orígenes geográficos y sociales de los abogados y su vocación. Además señala la formación intelectual de estos abogados y la evolución de los conceptos políticos. La investigación también ofrece una mirada de la vida social y cohesión de la corporación de los abogados. El autor realiza una explicación desde las reformas borbónicas hasta la revolución (1776-1809). La obra cierra con un epílogo conclusivo. Los anexos acompañan unas bellas fotografías de mapas y documentos antiguos. Asimismo muestra el registro de abogados según las fechas de juramento ante la Audiencia. También el libro cuenta con una guía de fuentes primarias que emerge de la revisión de expedientes coloniales que se encuentran en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB) y una extensa bibliografía.

Antes de desarrollar algunos aspectos con mayor profundidad debo señalar que Clément Thibaud es un historiador francés, que estudió en la Sorbona. ?l agradece a los fondos del Archivo Nacional de Bolivia en Sucre y al apoyo de don Gunnar Mendoza, quien con benevolente atención determinó sus primeros pasos en su vocación de historiador en el silencio de los archivos. En pocas palabras dice que "Los abogados tuvieron un papel fundamental en la preparación y obtención, con su propia lucha, de las independencias de los países sudamericanos, desde finales del siglo XVIII". Sin embargo, poco se conoce de su formación intelectual y perfil sociológico. La Academia Carolina de practicantes juristas, fundada en 1776, en Chuquisaca, fue una escuela para el foro que atrajo a brillantes estudiantes y formó a muchos dirigentes sudamericanos: Mariano Moreno, Bernardo Monteagudo, Mariano Alejo Álvarez, Jaime Zudáñez, Juan José Castelli y otros. En la Academia Carolina se forjó un pensamiento político y filosófico sólido, para llevarlo hacia Argentina, Chile, Perú, Uruguay? Thibaud presenta aquí la primera historia de esta escuela de libertadores "que con sus controversias, textos y proclamas salieron en defensa de los indios, lucharon contra la esclavitud y reivindicaron los derechos de los americanos, para terminar proclamando la independencia, mediante una eficaz y explosiva combinación entre la alta escolástica antigua y las ideas del siglo de las Luces".

Según el prólogo de Andrés Orías Bleichner, podemos encontrar tres maneras de reaccionar ante las rebeliones del decenio de 1780 ya que tuvieron una influencia en el pensamiento político y en la búsqueda de nuevos modelos de convivencia, frente a una estructura social de castas y discriminaciones institucionalizadas. En primer lugar la reacción de algunos alumnos de la Academia fue la de participar en estas rebeliones. Una segunda reacción fue la de observación sin implicarse directamente en ellas. Una tercera reacción fue la defenderse de los ataques en las filas del batallón de abogados pero que finalmente algunos después se convirtieron en independentistas. Pero no hay duda que a todos les produjo un efecto profundo ese período de guerra civil con bandos enfrentados, que suscitó un cuestionamiento crucial sobre el futuro de la sociedad en la que vivían. Orías señala que en la constelación intelectual de Chuquisaca existían las clásicas referencias de la reflexión jurídica y filosófica de Charcas, aunque no fueran las únicas. No deberíamos olvidar a Juan de Matienzo (1520-1579) oidor de Charcas fue un gran conocedor de los pueblos originarios. Sus obras contienen expresiones quechuas detalladas y analizadas desde una perspectiva política y jurídica. Fue asesor del virrey Toledo. Abogó por las reducciones y valoró la importancia geopolítica del Río de la Plata como salida para Charcas por el Atlántico. Hoy sus textos son considerados proto-antropológicos. Entre sus obras se encuentran el Memorial sobre la estabilidad y expansión de la provincia de los Charcas (1560) y Gobierno del Perú (1567). Otra referencia es Juan de Solórzano y Pereira (1575-1655), hijo de la chuquisaqueña Catalina de Solórzano y Vera, tomó el apellido de la madre y se casó con otra chuquisaqueña, Clara Paniagua de Loayza. Vivió en el Virreinato del Perú entre 1610 y 1626. Fue oidor de Lima y visitador de Charcas. Abordó temas cruciales como la mita potosina. Utilizó textos producidos en Chuquisaca de Juan de Matienzo y Polo de Ondegardo. La obra de Solórzano es una de las máximas referencias doctrinales del Derecho indiano. Tampoco deberíamos olvidar a Alonso de Solórzano y Velasco (1620-1680), quien defendió en España los derechos de los criollos. Fue oidor de Charcas hasta su muerte y prologuista en latín del Fiscal Frasso. A propósito: Pedro Frasso (1630-1693) fue profesor de derecho en Salamanca, Fiscal en Guatemala y Lima, oidor en Quito. En Chuquisaca ocupó las funciones de Fiscal de la Audiencia de Charcas desde 1664. Otra referencia es Diego de Avendaño (1594-1688), fue rector de la Universidad de San Francisco de Xavier. Comparte con Solórzano y Matienzo la gloria de haber echado los cimientos del Derecho Indiano. Fue defensor de los indios y de los africanos esclavizados. Finalmente Orías señala a Francisco de Alfaro (1551-1644), oidor de Charcas en 1599 y presidente de la Audiencia en 1632. Con sus ordenanzas hizo posible la existencia de las reducciones jesuitas de Paraguay, Guayrá, Chiquitos y Mojos como entidades políticas autónomas. Tuvo una enorme influencia en la práctica jurídica indiana. Podemos señalar que el prologuista considera que durante las reformas borbónicas, en un momento en que el régimen colonial comenzaba a desestructurarse, la creación de la Academia Carolina significó un verdadero salto cualitativo. Los abogados que se formaron en Chuquisaca demostraron, a finales del siglo XVIII, que el Derecho y la gestión de los asuntos públicos en América merecían un enfoque programático y una actitud acordes con los nuevos tiempos.

Clément Thibaud en la introducción expresa que los expedientes administrativos reúnen diferentes documentos que la Audiencia exigía como requisito para inscribirse primero en la Academia y después en el foro: certificado de bachillerato en Derecho canónico y/o civil, certificado de legitimidad con acta de bautizo, visas de buena conducta (moralidad), enunciado y naturaleza de los exámenes realizados en la Academia, juramento de incorporación al foro. Solicitudes diversas a la Academia han permitido reconstituir datos estadísticos útiles para conocer el desarrollo de los estudios de los abogados y su perfil sociológico. El autor trata de esclarecer el modo de existencia de un grupo que pertenece a la élite criolla, se esfuerza en penetrar sus formas de pensamiento, su sociabilidad, sus representaciones de sí mismos en la víspera de las guerras de independencia. Ha destacado la articulación de esta corporación en la sociedad de Charcas, articulación compleja que se establece en distintos niveles institucionales: la Iglesia, la Audiencia y la Universidad para explicar el sorprendente destino de estos abogados en el proceso de independencia de América, agentes políticos activos de todos los levantamientos y de todas las asambleas en el Río de la Plata a partir de 1809. Para el análisis de la identidad social e intelectual de los miembros de la corporación de abogados el autor se pregunta lo siguiente: ¿De dónde vienen? ¿A qué categoría social pertenecen? ¿Qué pueden esperar del estamento en el que se encuentran, en la escala social? ¿Cómo se sitúan los abogados en la sociedad? ¿Quiénes son sus frecuentaciones? ¿Qué función se asignan a sí mismos? ¿Cómo se logra ser abogado? ¿Quiénes son los miembros del foro en tanto que grupo? ¿Cuál es su representación del mundo y por qué? ¿Cuáles son los rasgos de su vida social? ¿Cómo vivieron los trastornos de su tiempo? ¿Qué papel tuvieron en los movimientos que en 1809 conmocionaron Charcas?

Entre muchísimos de los acápites del texto y la identificación de los diversos problemas, podemos observar uno muy importante en los archivos del 15 de enero de 1804 (p. 50) en referencia a la respuesta del intendente Viedma a la Audiencia de Charcas que expresa lo siguiente: "Todos podrán mantenerse con decoro si (?) en S(uperior) Tr(ibunal), y los juezes inferiores cuidan de exterminar el abuso de q(ue) se ingieran papelistas en un ejercicio q(ue), ni les toca, ni entienden: assi evitarán los enredos y confuso laberinto q(ue) (?) en los procesos?" (sic).

Es decir que ya era un problema en esa época el exceso de abogados que atascaba a la profesión e influía en las dificultades pecuniarias de una proporción importante de sus miembros. Viedma defendía la imperativa necesidad de aplicar su plan de reducción de puestos para frenar la competición entre los miembros del foro, causal de problemas y así garantizar ingresos convenientes. Por ejemplo en Cochabamba existían 25 abogados y sólo 16 estaban en actividad, pero el intendente Francisco de Viedma consideraba que no necesitaba más de 8 para cumplir el trabajo. El procurador general de Oruro, José Gavino Ruiz de Serrano, expresó que eran suficientes 5 abogados en lugar de los 7 que trabajaban en 1804. Sólo en la ciudad de Chuquisaca (La Plata) se encuentran 70 abogados, para una población de 18.000 habitantes. En ese entonces ya se resaltaba la "multitud de letrados". José Darregueira en una carta de 1794 al Presidente de la Audiencia le dice: "[?] en más de seis meses que hacen obtengo las licencias particulares para abogar en esta ciudad (Chuquisaca), he experimentado ya sea por la multitud de facultativos que hay en ella o por la escasez de negocios la ninguna utilidad que ofrece aquí a un principiante el exercicio de esta facultad" (sic). En 1803 ya existió un aumento del 32% con respecto al año anterior, un aumento considerable tomando en cuenta la situación del atascamiento de la profesión. Según el autor la causa de esta progresión debe buscarse en la Academia Carolina. Por todo lo expuesto vemos que muchos problemas no son recientes sino que se los arrastra históricamente como el caso de la sobreoferta de profesionales en Derecho. ¿Qué hacer? He ahí la complejidad. Considero que debemos empezar a interpelar y reflexionar interdisciplinariamente porque aún no hemos resuelto ni nos hemos preguntado seriamente del porqué en referencia a esta problemática de nuestra sociedad.

* Erika J. Rivera. La Paz. Escritora.

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