Cocteles: sabores, colores y modales

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Aunque parece un menester de lo más sencillo de llevar a cabo que hasta el más inexperto podría realizar, pues recetas aparecen por miles en la Internet, la acción de elaborar un coctel conlleva todo un arte, pues el bartender debe saber muchas normas, desde pararse correctamente para realizar un batido, mantener su área de trabajo despejada, hacer bien las combinaciones, en qué tiempo se sirve cada preparado, hasta saber atender al cliente.

Por otra parte, los clientes deben saber apreciar el trabajo del bartender y consumir los cocteles con educación y mesura, pues no se trata de beber sin sentido y en grandes cantidades, ya que la idea es saborear, apreciar y disfrutar la bebida que se está degustando, y no perder la conciencia.

Los italianos y algunos españoles tienen la costumbre de tomar una copa de vino después de las comidas, porque consideran que esta es una práctica saludable, es más, les dan a los niños algo de vino también, pero no se espera que ellos entren en el alcoholismo.

Así como el vino, existen otras bebidas, que si bien contienen alcohol, en cada una se presentan diferentes graduaciones, desde las más fuertes hasta las más suaves, pero combinadas con otros ingredientes se logran cocteles más suaves y pueden ser disfrutados sin peligro.

Además existen variedad de cocteles, algunos más dulces, otros más ácidos, más amargos, más salados, cremosos, espumantes, fríos, calientes, de diferentes colores, destinados a deleitar el paladar de los clientes que tienen diferentes gustos.

Los más suaves y dulces son destinados como aperitivos, como su nombre lo indica, su función es abrir el apetito. Los más fuertes se consumen como bajativos, es decir, que ayudan a diluir la grasa que se ingiere con los alimentos para una mejor digestión.

Pero existe otros cocteles que tienen otras funciones como la de refrescar, energizar o simplemente acompañar las comidas, todo está en función al grado alcohólico que poseen, ya que existen bebidas desde alcohólicas hasta sin alcohol, las cuales sí pueden ser consumidas por los menores de edad.

Si en realidad queremos prevenir que los jóvenes o niños no lleguen a consumir alcohol es necesario que como adultos demos el ejemplo y seamos abstemios o enseñemos a consumir en poca cantidad, mostremos buenos modales, pues los alcohólicos seguro que tienen cierta influencia si no es de sus familiares será de sus amigos, por lo que de nada servirá que les advirtamos que no deben beber alcohol si luego nosotros con el ejemplo les enseñamos que eso está bien, es un mensaje incongruente que a la larga terminará teniendo un efecto más negativo que positivo.

Recordemos que todos los excesos son malos y sobre todo "el consumo excesivo de alcohol es dañino para la salud" y la venta de alcohol está "prohibida a menores de 18 años de edad".