Antofagasta, ese nombre de puerto y de comuna, de provincia y de himno, que tanto nombran los bolivianos, es ahora la ciudad más cara de Chile y la región metropolitana más poblada. Su riqueza minera atrae a forasteros, algunos para las minas, muchos otros para el área de servicios, otras llenan los burdeles y algunos más para engatusar a los ingenuos.
En el Observatorio Astronómico Paranal, en pleno desierto de Atacama, encuentro a turistas de los cinco continentes y hay cientÃficos de 36 nacionalidades. Hay hombres y mujeres, jóvenes, adultos, casi viejos, de tez muy blanca, tenue, clara, mate, oscura y marrón: un reflejo del mundo de afuera.
Aquà se indaga sobre los cometas y las huellas de explosiones astronómicas, sobre el Big Bang y los sonidos del cielo que se graban en sofisticadas computadoras, en bunkers bajo la tierra, siguiendo los más modernos modelos cosmológicos. El macrocosmos que sorprendió a todas las culturas desde la remota antigüedad, de caldeos a mayas, de helenos a galos.
Aunque hay que reservar con tiempo y llenar un formulario expreso para lograr un cupo para el tour semanal al Observatorio, la espera se justifica. Puedo recomendar a los bolivianos que viajen a este lugar que une a pueblos y que indaga para beneficio de la humanidad. Lleno de secretos, seguramente, con extremas medidas de seguridad, ventoso y difÃcil de entender, vale más que un dÃa en la playa.
AsÃ, desde la plaza principal hasta el mirador de vidrio, a hora y media en vehÃculo, Antofagasta es un cúmulo de nacionalidades, migraciones y culturas como pocos combatientes de 1879 se atrevieron a imaginar.
FUE BOLIVIANA, AHORA ES CHILENA
Al contrario de los datos que aparecen en Wikipedia- al parecer por el descuido de historiadores bolivianos que dejan que ese diccionario electrónico presente una versión sesgada y con medias verdades-, el Museo de Historia de la región y ciudad de Antofagasta recupera los orÃgenes bolivianos de la zona.
Los documentos que prueban que esta costa dependÃa de la Intendencia de Potosà y de la Audiencia de Charcas se unen con las otras certezas de lo que sucedió con esa provincia desde 1825 hasta 1879. El Museo es un ejemplo para las ciudades bolivianas, inclusive La Paz y sobre todo Cochabamba o Santa Cruz, porque cuenta de forma didáctica e independiente el desarrollo histórico del Litoral. La visión sobre la Guerra del PacÃfico (1879-1881) es ya desde otro enfoque.
Muchos habitantes saben la estirpe boliviana de su ciudad y hasta antes del boom migrante de los últimos años, la principal colonia era boliviana. Hacia el norte hasta la frontera con Oruro, aumenta el sentimiento de una pertenencia aymara y una relación cultural muy fuerte con Sabaya, con la música andina. En general el chileno es un pueblo triste y para bailar necesita ese tipo de sones ajenos.
Danko, el joven guÃa, intenta con otros amigos adelantar una agencia de viajes para unir a los pueblos y para superar las fronteras. Como muchos, tiene un origen pluri multi. Aunque parte de la familia paterna es de origen croata, los abuelos son bolivianos y se sienten muy cercanos a La Paz y a Cochabamba.
El turismo está en auge, todo tipo de hoteles y alojamientos, mejor oferta gastronómica con la apertura de restaurantes peruanos y colombianos, recursos humanos capacitados para atender con amabilidad y conocimiento, turismo astronómico y turismo a los desiertos.
Como coda, muchos turistas pasan a San Pedro de Atacama y de ahà a Uyuni, aunque aumentan los reclamos por la situación en ese principal destino turÃstico boliviano: robos, incumplimiento de ofertas, inseguridad de vehÃculos, trato poco amigable.
Y el tema ineludible, la molestia contra el permanente tono ofensivo de Evo Morales contra los chilenos; aun cuando muchos lo defienden, la mayorÃa está molesta y desconfÃa de sus palabras y de sus anuncios.
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