Sábado 21 de abril de 2018
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Editorial y opiniones
La igualdad de la mujer ostenta irrefutable origen
21 abr 2018
Raúl Pino-Ichazo Terrazas
La mujer en los tiempos antiguos aprendió a recolectar frutos y guardar las semillas, dando asà comienzo a la agricultura. Descubrió las propiedades curativas de las hojas y las raÃces y se convirtieron en las primeras médicas sin tÃtulo. Las mujeres dieron a luz a los niños, cuidaron a los enfermos y amortajaron a los muertos.
La mujer estuvo y está ocupada por siglos en preservar y transmitir vida, pues ella nutre y protege; fueron las primeras hilanderas para dar calor a la humanidad. Pese a todo este extraordinario quehacer sabio y solidario, deplorablemente, casi en todas las culturas se las considera como ciudadanas de segunda clase; se las asesina, maltrata, viola sin consenso hasta dentro del matrimonio y acosa fÃsica y psicológicamente.
La lucha por la igualdad de la mujer ostenta larga data, es inclaudicable e incesante, sin pausa y, el movimiento en pos de la igualdad femenina contemporánea nació en el año 1792, a través de una luchadora y enérgica en sus principios: Mary Wollstoneschaft, que estableció la "Vindicación de los derechos de la mujer", con lo cual defendió el derecho al trabajo igualitario y la educación de las mujeres sin discriminación de materias, su participación activa, también sin restricciones, en la vida pública, que el hombre siempre quiso empecer, empero, fue sólo en los inicios del siglo XX cuando las sufragistas, ridiculizadas y vejadas con improperios de sus detractores hombres, se abrieron paso a paraguazo limpio en la capital londinense, logrando su objetivo.
