Se irradiará jurÃdicamente el NO SIGNIFICA NO, para protección de la mujer
19 abr 2018
Raúl Pino-Ichazo Terrazas
En Alemania, paÃs al cual se lo identifica por su solidaridad por el prójimo, laboriosidad, fortaleza económica y un ágil y bien formado poder legislativo, no se da la inercia y el conformismo a las leyes de protección a las mujeres en el horroroso y degradante, para nosotros hombres, tema del abuso sexual, agresiones sexuales y violación.
En el último mes, según estadÃsticas de la PolicÃa Boliviana, 25 feminicidios y casi un millar de agresiones reportadas; no se incluyen las no reportadas que son numerosas en resumen, un sombrÃo panorama para la mujer, el ser más importante de creación.
Bajo la premisa de No es No, que significa definitivamente No, se modificaron las leyes en Alemania, para que esta simple y contundente determinación de voluntad de la mujer, sea suficiente para condenar irremisiblemente al agresor sexual sin mayor dilación, trámite engorroso por las infaltables interpretaciones lÃricas sin fundamento de los malos abogados defensores y de los organismos con coacción que no implementan estas leyes.
Conscientemente, esta es la forma correcta de aplicar las leyes, reformándolas frecuentemente en función a las necesidades de la población siendo el segmento etario de los jóvenes el que da la pauta certera para asumirla y convertirla en ley. Además, una ley bien aplicada e implementada debe ser autónoma, es decir, no contaminada por la corrupción y la influencia de otros poderes.
Las leyes adquieren vida cuando el legislador y el jurista las analiza, interpreta, deroga y abroga constantemente, en conformidad con la evolución de las sociedades y siguiendo meticulosamente la ruta de la perfección del ilÃcito. Existe una falencia evidente en nuestro Poder Legislativo, en cuyo cuerpo se detectan carencias serias de formación jurÃdica y de Ciencia PolÃtica, siendo paradójicamente este ámbito donde se originan nuestras leyes.
El ámbito ontológico que significa someter la ley que se interpreta para dilucidarla en su ser, en el espÃritu del jurista y convertirla en una sola cosa espiritual, pues la mujer y el hombre fueron creados con inclinación definitiva al bien que se enfrenta al libre albedrÃo que es una facultad que no nos protege del error.
Con este ejercicio obligado de intelección, la ley en el ámbito ontológico será interpretada con ineludible consideración a esa inclinación al Bien, entonces, emerge una interpretación diferente: más humana y justa porque es inherente a los preceptos del Derecho y a la impartición imparcial y no contaminada de la justicia.
(*) Es abogado corporativo, posgrados en Arbitraje, Conciliación, Interculturalidad y Educación Superior, Docencia en Educación Superior, Derecho Aeronáutico, FilosofÃa y Ciencia PolÃtica (maest), doctor honoris causa, escritor.
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