Miercoles 18 de abril de 2018
ver hoy
Un país que se precia de "tener una sólida economía" cuando es muy pobre, porque produce muy poco, se presta mucho dinero, acumula déficits y hace crecer imparablemente su endeudamiento, contra todo sentido de prudencia y conciencia de las realidades vividas, "se da el lujo" de gastar 39 millones de dólares en la impresión de nuevos billetes.
Si el Gobierno quería honrar a personas del pasado, tenía muchos medios para hacerlo; pero, gastar 39 millones de dólares - Bs. 271 millones - es contrario a toda prudencia y sentido de la realidad. ¿Quién o quiénes querían "darse el gusto" de hacer imprimir nuevos billetes cuando el circulante es más que suficiente y no hay el deterioro que justificaría el reemplazo de billetes viejos por nuevos?
Ese dinero, 271 millones de bolivianos, bien podía utilizarse para construir algunos hospitales y locales escolares, dos necesidades que el país requiere urgentemente; podrían servir para comprar, por lo menos, "dos o tres aceleradores lineales" para combatir el cáncer; y para dotar de camas y vituallas a hospitales. Todo ello sería un buen medio para honrar a cualquier persona o institución porque el país lo que requiere es atender la salud de la población y contar con escuelas y colegios; más ítems para pagar a más maestros; medios financieros para formar mejores profesionales de la educación y la salud, y no satisfacer la soberbia de nadie.