Miercoles 18 de abril de 2018
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En términos normales, cuando se trata de "mochilas" hay que pensar en las que utilizan viajeros especiales, turistas mayormente, y que de acuerdo a la contextura del portador de la bolsa, puede ser más o menos pesada, lo importante es que sea transportable y sirva para los efectos de evitar una valija o una maleta, que implica, según los casos mayor peso y espacio y menos posibilidades de desplazamiento de los eventuales viajeros, que en el caso de los "mochileros" se simplifica la cosa en función del tamaño y peso.
Tras esa apología de la mochila, tenemos que entrar en la referencia que tiene que ver con las mochilas o bolsas escolares que se les ocurrió a ciertos alcaldes, entregar a miles de estudiantes, con la idea seguramente de "cumplir con un aporte social" a favor de los padres de familia disminuyendo sus gastos de material escolar al inicio de la gestión educativa.
Así planteado el tema, parecía un aporte interesante, no determinante pero de cierta utilidad práctica para los alumnos beneficiarios y de ahorro a sus padres, por lo mismo una novedad que tuvo su efecto positivo, aunque el tiempo de su duración se limitó a la calidad, las mochilas eran chinas. Pero vale el dicho?a caballo regalado no se le mira los dientes, y las mochilas sirvieron lo que costaron en origen, precio bajo, pero alterado en su comercialización.
Y en el "bollo" como lo han calificado algunos observadores políticos incurrieron hasta tres alcaldes, el de Cochabamba, el de Oruro y el de Llica en Potosí. Una tentación para quedar bien con padres y alumnos, pero en los hechos posteriores con un arrepentimiento que es parte del desconocimiento de disposiciones, que exigen prioritariamente el contrato con empresas nacionales, si se trata de productos que pueden fabricarse en el país, incentivando la producción nacional y generando un factor competitivo con empresas extranjeras.
Fuente: LA PATRIA