Naturaleza pródiga recupera el Poopó

La naturaleza pródiga que permitió la caída de intensas lluvias en los últimos meses del año pasado y los primeros del presente, ha hecho que el lago Poopó, el segundo más grande del país después del Titicaca, haya recuperado prácticamente el 90 por ciento de su extensión que se calcula en 2.000 kilómetros cuadrados y de los cuales cerca de 1.500 se encuentran ya cubiertos por agua, reviviendo el maravilloso espejo natural del altiplano y fuente de vida para muchas familias de pescadores, pero también de las especies naturales del lago, como peces, flamencos (parihuanas) y patos, además de los totorales, vegetación propia de los humedales.

La recuperación del lago Poopó ha sido observada en una inspección aérea reciente, efectuada por el ejecutivo del matutino LA PATRIA, al mando de la nave Zenith que entre otras cosas fue armada en Oruro y que actualmente permite observar importantes sitios de nuestro departamento. La visión del lago Poopó es de futuro esperanzador, aunque deberá esperarse por lo menos un año más para recuperar efectivamente la condición proveedora de pesca permanente para que más de un centenar de familias de la zona, recuperen plenamente sus actividades.

Como se sabe, el Lago Poopó comenzó a secarse hace 4 años, hasta quedar convertido en un páramo sin opciones de subsistencia natural propia y menos para sostener las actividades de las familias de pescadores. Una serie de factores fueron atribuidos al desastre de la desaparición del lago. Por una parte la falta de previsiones técnicas para mantener habilitada la recarga natural de agua a través del Desaguadero, que fue interrumpido en su curso corriente por actividades mineras irregulares, que prácticamente cortaron el suministro de agua hacia el Poopó, una situación que en la actualidad y en el futuro no debe repetirse, bajo fuertes sanciones a los infractores.

La otra condición atribuida a fenómenos naturales propios de una aguda sequía conspiraron contra la vida del lago, hasta el extremo de secarlo y liquidar las condiciones de subsistencia de muchas familias, cuyos miembros, los más jóvenes optaron por migrar a las ciudades, incluso algunas de Chile. La pesca y cierto nivel agrícola, han sido siempre parte importante del sustento de las comunidades aledañas a los lagos Poopó y el Uru-Uru.

Lo evidente es que la pródiga naturaleza con una temporada lluviosa, permite la recuperación del lago, que alcanzará sus niveles apropiados en muy poco tiempo más, para que se desarrollen las especies propias del fenómeno acuático y sea restablecida también la actividad de los comunarios que viven en el entorno del maravilloso espejo natural. Lo importante es que las autoridades adopten medidas preventivas para que de manera permanente el Poopó reciba una adecuada carga de agua a través del río Desaguadero.

Fuente: LA PATRIA