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Domingo 15 de abril de 2018

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Revista Dominical

"Adiós Tío Daniel"

15 abr 2018

Fuente: LA PATRIA

Uno de los indígenas originarios Uru más longevos ya no está más con nosotros ? Por: Ovidio Edwin Cayoja Calizaya Periodista

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Con más de un siglo de existencia, respetado por todos y conocido como "El Tío Daniel", el pasado 9 de abril se conoció el triste deceso de Daniel Mauricio Choque, el más longevo indígena Uru, quien por varios años fue uno de los luchadores incansables por su tierra y su cultura milenaria, sus conocimientos sobre esta etnia fueron aprovechados por varios investigadores internacionales que conocieron un poco más de la vivencia de los Qot´Zoñi (hombres del lago).

La crisis de la sequía del lago Poopó y sus consecuencias ambientales y sociales, nos llevaron a recorrer diferentes comunidades donde ahora habitan quienes por más de 12 mil años atrás eran los denominados Qot´Zoñi (hombres del lago), gracias a esos viajes tuvimos la fortuna de conocer a Don Daniel Mauricio Choque, indígena Uru que vivía en Puñaka Tinta María, población ubicada en el municipio de Poopó, quien a pesar de tener más de un siglo de vida, recordaba pasajes importantes de la cultura milenaria y su batalla porque los Urus sean reconocidos por las autoridades de turno.

Según los datos proporcionados por El Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA), Daniel fue un luchador incansable de su cultura, a la cual siempre quería ver unida en una sola población y no dispersa como ahora en pequeñas comunidades, sin territorio ni lugares de siembra y menos de pastoreo.

En su juventud fue representante originario de las tres comunidades donde habitan los Urus, (Puñaka, Vilañeque y Llapallapani) durante los años 1953 hasta 1992, uno de sus más grandes logros fue conformar una organización donde los pueblos Uru puedan hermanarse y luchar por objetivos comunes, es decir fue artífice para la creación de la Nación Originaria Uru (NOU) entidad que fue aglutinando a otras etnias de los Urus que habitaban en otros sectores como Chipaya, Hiruito y los Urus del lago Poopó o conocidos como Uru Muratos.

Recordando una de las últimas entrevistas que le hicimos, nos comentó que fue testigo de la sequía del lago por tres ocasiones, una en la década de los 30, la de los 60 y la ocurrida en los años recientes, la cual en su criterio, era una de las más agudas, pues jamás el espejo de agua andino se había perdido totalmente.

Señaló que junto con la pérdida del lago había muerto parte de la esencia de los Qot´Zoñi, porque ellos vivían del espejo de agua y de todas las bondades que el agua les ofrecía, como fauna (caza de aves y peces), además de la flora (aprovechamiento de plantas acuáticas como la totora en diferentes ámbitos).

Daniel, al igual que los demás Urus, veía con tristeza cómo habían cambiado los tiempos y el hecho de abandonar el lago para refugiarse en las orillas, donde eran víctimas de constantes segregaciones de sus terrenos por quienes colindan en su alrededor, a los cuales ellos denominan como aymaras.

En muchas ocasiones relató de los atropellos que sufrían por parte de sus vecinos y también de las personas que llegaban hasta esas comunidades, motivo por el cual los Urus eran un tanto reservados y celosos de sus tradiciones y costumbres.

"Váyanse a su lago nos decían, nos trataban de sucios, sin embargo, ellos mismos están comiendo el pescado que sacábamos del lago, así nos trataban, pero cuando se hizo la reforma agraria mi hermano que era profesor me enseñó, no conocíamos nada de territorio no teníamos hogar, solo vivíamos en nuestros Putucus (casas circulares), pero conociendo la ley nos pudimos defender", indica en una de sus últimas notas que está en la página de Facebook del CEPA.

El vasto conocimiento del "Tío Daniel" fue recopilado a través de un libro denominado "Memorias de un olvido, testimonios de vida Uru-muratos" recopilado por Rossana Barragán, donde también se encuentran relatos de Lucas Miranda Mamani y Saturnina Álvarez de Moricio.

En dicho documento se puede encontrar que él nació entre 1918 y 1920, sus padres fueron Tomás Moricio y Anselma Choque, ambos vivían íntegramente en el lago, más propiamente en Isla de Panza, también relata pasajes de cómo eran sus abuelos, quienes vivían en las "turuchas" (balsas grandes de totora) y de cómo su progenitora quedó huérfana de madre y casi pierde la vida junto a sus hermanitos porque no habían alguien que los cuide y que luego de cinco días fue rescatada por sus familiares.

En parte de su relato, Daniel cuenta cómo era la vivencia de los Urus, quienes no conocían las vestimentas tradicionales como sombreros o zapatos, ellos vivían en medio del lago en pequeños islotes rodeados de totora que tenían diferentes denominativos como si fueran ayllus o comunidades, señala que se escapaban de los quechuas y aymaras y que su alimentación estaba basada en lo que el espejo de agua les ofrecía, es decir, pescados, huevos, aves silvestres, diferentes tipos de algas, en síntesis en armonía con la naturaleza.

El libro también relata que tuvieron que emigrar hacia las orillas del lago cuando este comenzó a secarse y de cómo tuvieron que afrontar el desprecio de los vecinos, quienes no los querían por esas zonas y por esa causa hoy en día viven aislados unos de otros en comunidades que están divididas en tres provincias del departamento.

El texto está en la biblioteca del CEPA donde se puede conocer más acerca de Daniel, su vida y la vida de los Urus, uno de los últimos testimonios, si bien no corresponde a Daniel, es por parte de los jóvenes Urus, quienes vieron al hombre longevo como un verdadero mentor de la sabiduría ancestral de esta cultura.

En una entrevista efectuada a Abdón Choque, responsable del área turística, señaló que ellos siempre aprenden de los consejos que dan los sabios y que en la gestión pasada recibieron una de sus últimas premoniciones cuando ellos vieron volar a una parihuana desde el centro del lago hasta los cerros de la comunidad, fue en ese momento que Daniel y otros abuelos esbozaron una pequeña sonrisa indicando que el lago volvería, premonición que este año se cumplió.

El "Tío Daniel" murió el pasado 9 de abril en medio de gran congoja de la población, pero su memoria y su alma luchadora por mejores días para los Urus, seguirá presente en la juventud de esta cultura milenaria que aún no pierde ni sus tradiciones, sus costumbres ni su lengua.

COLABORACI?N

Centro de Ecología y Pueblos Andinos (CEPA)

Norma Mollo Mollo, técnico del CEPA

Fuente: LA PATRIA
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