En el plan de las relaciones internacionales, preocupan ciertas decisiones de gobernantes, cuando algunos disponen limitar la presencia de vecinos o de migrantes en su territorio, acudiendo al radical expediente de construir muros que impidan el paso de personas en gran parte de las zonas fronterizas, es el ejemplo de la medida instruida por Donald Trump para cerrar el paso de los mexicanos y de otros visitantes "ilegales" a su país.
En alusión directa a esta medida del gobierno norteamericano, el Papa Francisco durante una de sus visitas a la región, sugirió la necesidad de "construir puentes y no muros", para fortalecer la convivencia pacífica y el entendimiento a través del diálogo, las buenas relaciones y la práctica de la amistad.
En el caso más próximo a nuestra colectividad y en el marco de las buenas relaciones con los vecinos, sorprendió una disposición del gobierno chileno de encarar la reforma y modernización de la ley migratoria de su país, advirtiéndose que uno de los objetivos de tal medida sería ejercer el control de migrantes de los países vecinos, demás está señalar que la medida tiene relación directa con el ingreso de bolivianos a territorio chileno, entre otros visitantes.
A propósito del tema el canciller boliviano se dirigió a las autoridades chilenas, sugiriéndoles trabajar en el ámbito de la buena vecindad a través de leyes que faciliten la migración y no la restrinjan como apunta la supuesta intencionalidad del mandatario chileno, que por supuesto es absolutamente libre de aplicar medidas que considere útiles a las políticas migratorias de su país.
Sin embargo, lo que genera preocupación en el medio diplomático nacional, es que las actitudes que adopte el gobierno vecino de La Moneda, podrían alterar las perspectivas de un acercamiento más práctico en la dimensión de establecer un diálogo amistoso para considerar los problemas que afectan nuestras actuales relaciones y en la perspectiva de lo que pueda recomendar la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya.
Según la autoridad diplomática de Bolivia, el gobierno chileno no debería tomar ejemplo de la política migratoria del imperio (EE.UU.) que está creando muros físicos en una acción aberrante que limita el tránsito de personas. "No quisiéramos pensar que Chile está yendo en ese lineamiento de crear muros jurídicos que afectarán las políticas de integración y solidaridad entre vecinos".
Por su parte el Primer Mandatario de Bolivia, tras conocer el anuncio de su homólogo chileno Sebastián Piñera, sobre temas de migración, criticó la idea señalando en su cuenta de Twitter que "con campos minados, prohibición de ingreso a autoridades nacionales, persecución a servidores que luchan contra el contrabando y últimas restricciones contra migrantes bolivianos, el gobierno de Chile no garantiza paz, ni amistad con Bolivia". El Presidente Morales, repitiendo la idea del Sumo Pontífice, expuso su posición señalando que "quiero construir puentes de entendimiento y no muros de enfrentamiento. Los pueblos tenemos que construir, buena vecindad, respetando nuestra identidad y dignidad. Son tiempos de solidaridad y de complementariedad. Todo para bien de nuestros pueblos".
Una posición expresada en un momento oportuno, cuando la preocupación sobre el curso de las relaciones internacionales, en busca de mayor acercamiento entre ambos países debería ser parte de mutua voluntad, fraterna y solidaria, frente a posiciones conservadoras de políticos atrabiliarios, que impiden los cambios de políticas integracionistas entre naciones vecinas y hermanas, para hacer fuerte al nuevo continente sudamericano.
Fuente: LA PATRIA
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