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Viernes 13 de abril de 2018

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Perspectiva Minera

ENFOQUE

La minería a la deriva

13 abr 2018

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No se puede señalar ese extremo, pero tampoco se puede negar que desde hace mucho tiempo, la minería, de manera general, se mantiene semiparalizada, lo que tampoco es una exageración si en el recuento objetivo estaremos de acuerdo en reconocer que no hay ni un solo proyecto nuevo en la minería, tampoco en la metalurgia y la referencia tiene que ver con la última década.

El último proyecto minero de envergadura en el caso de Oruro fue el de Inti Raymi, primero en La Joya en el yacimiento de Kori Kollo, agotado ese, se encaró otro también aurífero en la zona de Iroco, sector Sudoeste de la ciudad en el yacimiento de Kori Chaka, de ahí adelante, ninguno nuevo afloró en las tierras mineralizadas del altiplano, de modo que el sector privado, por diversas razones de orden jurídico no se animó a explorar nuevos yacimientos, por lo menos hasta que se definan las reglas de juego, para captar inversiones, reiterando que la minería es un negocio de alta inversión en capital de riesgo, desde la fase de prospección y exploración, hasta consolidar la actividad de explotación de un nuevo yacimiento, si las condiciones resultan favorables y no sufren interferencias generadas por desacuerdos o intereses de comunarios o vecinos de las zonas de operación.

Desde la aplicación "nominal" de la nueva norma minera, las cosas se tornan menos seguras para los inversionistas, pues del sistema anterior de concesiones de áreas mineras, con ciertas seguridades para los operadores, se pasó a la mera condición de inquilinato, que no otorga garantías, más aún si prevalecen las abusivas acciones de avasallamientos y despojo de las áreas mineras, sin ninguna garantía de orden legal, por parte de las autoridades mineras.

En función de hechos comparativos, se toma como ejemplos los millonarios contratos que concretan los países vecinos, caso de Chile, Perú, Argentina e incluso los ubicados hacia el norte, como Ecuador y Colombia, donde el mayor incentivo de inversión está en la situación de "concesión de suelos mineros", con garantías de estabilidad y por largos periodos de tiempo, confirmando aquello de que "la minería necesita muchos años para su desarrollo de rentabilidad".

Si se quiere desarrollar la minería, hay que contar con adecuadas normativas que atraigan inversiones y no las ahuyenten, inclusive tomando en cuenta lo que se busca para encarar los megaproyectos del litio y el hierro, y con mayor razón si se trata de emprendimientos que deben comenzar en la exploración.

Cuando se hacen "rendiciones de cuentas", en el orden de informar sobre la realidad de nuestra minería, afloran los anuncios exitistas, se disponen muchas cifras para millonarias inversiones, pero en los hechos, no hay nada nuevo que pueda considerarse la respuesta práctica a las buenas intenciones. La gran minería transnacional es la que debería invertir en nuestro país, como lo hace en la vecindad. Pero aquí faltan agallas para encarar la reestructuración de nuestra estatal minera y arrancar con certidumbre en la reactivación de sistema, de lo contrario, la minería seguirá a la deriva.

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