Viernes 13 de abril de 2018
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Ayer se celebró el dÃa del niño boliviano que merece toda la atención de los padres, hermanos, maestros y la sociedad en general, me hubiese gustado mucho referirme a la alegrÃa y belleza de ser niño, sin embargo en esta oportunidad mi enfoque será sobre la angustia, y sufrimiento que padecen los niños vÃctimas de maltrato infantil.
No existe una definición única de maltrato infantil, ni delimitación clara y precisa de sus expresiones. Sin embargo, lo más aceptado como definición se refiere a todas aquellas acciones que van contra un adecuado desarrollo fÃsico, cognitivo y emocional del niño, cometidas por personas, instituciones o la propia sociedad. Ello supone la existencia de un maltrato fÃsico, negligencia, maltrato psicológico o un abuso sexual Se puede conceptualizar al maltrato infantil como los abusos y la desatención de que son objeto los menores, e incluye todos los tipos de maltrato fÃsico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. Se puede maltratar también a un niño al no ofrecerle los cuidados que necesita para su crecimiento. La violencia en cualquiera de sus formas muestra la relación de sometimiento a la que es sometida una persona, que lejos de ser tratada como persona es tratada como un objeto porque se vulneran sus derechos La violencia que sufren los niños tiene como consecuencia problemas de baja autoestima, problemas de relaciones sociales, desconfianza en los demás, bajo rendimiento en el colegio, carácter irascible, miedos excesivos y tristeza. Todo ser humano es digno de amor, cuidados y respeto, por ello, cuando se vulneran los derechos de una persona a través de la violencia ésta se convierte en vÃctima de una actitud destructiva en el agresor. En ocasiones, los niños silencian la violencia que viven en el seno del hogar por el miedo que infunden sus agresores al amenazar hacer daño a su mamá y hermanos.
