No dejemos que el planeta muera

"Solo cuando el último árbol haya sido cortado, sólo cuando el último río haya sido secado, solo cuando el último animal haya sido cazado, solo cuando el último monte haya sido destrozado, nos daremos cuenta de que el dinero no se puede comer", señala un proverbio indio.

Comenzamos citando ese proverbio porque en pocas palabras encierra gran sabiduría, los humanos hemos entrado en una carrera de consumismo y no reparamos en el daño que le estamos haciendo a nuestro hábitat, el planeta Tierra, pues en el afán de obtener más y más nos hemos dedicado a destruir bosques, humedales, suelos e inclusive contaminamos el aire, ambicionamos el dinero que, como indica el texto arriba citado, un día no logrará alimentarnos.

De paso, en dicha jornada se evita la polución del aire, que en algunas capitales disminuye notoriamente, además sirve para tomar conciencia del bien que le podríamos hacer a nuestro ambiente en lugar del daño que le infligimos cada día, quizás sin darnos cuenta, pues estamos tan acostumbrados a cierto estilo de vida que se nos hace totalmente normal actuar de una manera nociva para la Tierra.

Sin ir lejos, podemos tomar como ejemplo lo que ocurrió el reciente domingo 8 de abril, cuando se celebraba el "día del peatón" en Oruro, el mismo burgomaestre, quien como autoridad debía dar el ejemplo, acortó la jornada que debía durar desde las 6 de la mañana hasta las 5 de la tarde y autorizó la circulación de motorizados a partir de las 3 de la tarde, medida que por supuesto benefició a los conductores del transporte público que en algunos casos inclusive salieron a trabajar antes de la hora fijada por el alcalde, poniendo en peligro a peatones, la mayoría niños que aún jugaban en las calles y paseaban con sus carritos a pedal, bicicletas, patines y otros.

Una señora fue atropellada junto a su bebé de 9 meses por un conductor ebrio, quien no tuvo precaución e hirió a ambas, afortunadamente no se lamentaron más incidentes pese a que los choferes no mostraron consideración siquiera ante los menores que aún transitaban por las calles, muchos de ellos retornando a sus hogares.

Es importante tomar en cuenta el proverbio citado al principio de esta nota y asumir algunas medidas para no lamentar un día la hambruna por falta de recursos naturales.

Fuente: LA PATRIA