En 1996 escribí un artículo sobre la quinua y los camélidos, que se publicó en varios diarios y revistas. En él propugnábamos la importancia del cultivo de la quinua y la crianza de camélidos, como productos de exportación con grandes utilidades.
Desde entonces han transcurrido catorce años y vemos con satisfacción que las zonas de los Lípez, Oruro y La Paz han aumentado considerablemente la producción de este cereal andino, llegando a niveles de su industrialización, todavía precaria. El producto no solamente debe aumentar la dieta alimenticia interna del país, cada vez es más codiciado por países extranjeros por sus altas cualidades nutritivas y puede constituirse en un producto que sirva para aplacar el hambre de muchos países pobres, razones más que suficientes para que el Estado deba favorecer su atención para un cultivo intensivo, su industrialización y comercialización.
Publicaciones actuales informan a la opinión pública que los Lípez, Oruro y otras zonas del altiplano están produciendo quinua en mayores extensiones y no debería ser utópico convertir a Bolivia en el mayor productor del mundo de quinua, cañahua y amaranto, porque tiene los suelos más apropiados para ello, aparte de ser un fruto originario de cultivo tradicional.
El Estado sólo debe cooperar con provisión de energía, electricidad, agua, riego y facilidades de crédito de fomento para plantas de acopio, selección, lavado, almacenado e industrialización, procesos que deben cumplirse en Bolivia y por los bolivianos. La industria de la quinua tiene una ilimitada gama de subproductos, desde harinas, panes, innumerables clases de pasteles, confitados y granulados y los inmejorables turrones que pueden conseguir para Bolivia la ansiada prosperidad. Eso sí, la industrialización de la quinua no debe trasladarse del territorio patrio. Nuestros agricultores de la quinua deben cubrir las etapas de producción, industrialización y comercialización íntegramente a través de inversiones importantes.
Ya nos figuramos como este atractivo negocio puede servir para conseguir la repatriación de tantos bolivianos que deambulan por otros países en busca de trabajo y evitar otras migraciones. La recuperación de mano de obra de migrantes puede ser otro de los objetivos del proyecto.
Los últimos datos revelan que las lluvias escasean, son condiciones naturales que deben ser revertidas, con sistemas de riego principalmente por goteo con resultados óptimos.
Para los habitantes de la Tierra Grande de los Lípez, de Oruro y La Paz y otras zonas altas, es la mejor opción de crecer social y económicamente, alternativa a que deben volcar toda su energía y desarrollar esta agricultura que mejor que la minería puede generar mucha riqueza. No olvidemos que el mundo necesita alimentos y con la quinua podemos satisfacer esa demanda con creces.
En días pasados se ha realizado el III Congreso Nacional de la Quinua, en la ciudad de Oruro, que según publicaciones de La Patria congregó a centenares de participantes de todas las zonas productoras, donde analizaron políticas nacionales para la producción del llamado “grano de oro”, evento que evidencia el interés en aumentar este cultivo.
Por otro lado, ¡que hermosos son los campos de cultivo de la quinua! No los hay más pintorescos en estado de floración, los campos se cubren de diversas tonalidades guindas, rojas, anaranjadas y amarillas que ofrecen a la vista un bello paisaje que podríamos llamar como los campos de los pintores.
(*) bdlarltd@hotmail.com
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.