En el primer trimestre del año en curso, de forma alarmante ha proliferado la presencia de canes vagabundos, haciendo muy peligroso el tránsito de personas en los barrios marginales, en varias urbanizaciones y como si fuera poco, incluso en el mismísimo centro de la ciudad. La falta de control es notoria y la agresión de los perros patética.
El registro oficial señala que en Oruro se han denunciado 377 casos de mordeduras de canes a personas de diferentes edades, mayormente niños y gente de la tercera edad. Para evitar una propagación de rabia canina, se dispuso la vacunación de las personas afectadas, contándose a 231 que recibieron la vacuna oportunamente de las 377 mordidas, eso significa que hay 146 personas que no acudieron a recibir la dosis antirrábica, hecho que preocupa a personeros del Servicio de Salud en la ciudad.
En el seguimiento del peligroso proceso, se mencionan cinco casos positivos de rabia canina, cuatro en nuestra ciudad y uno en Huanuni, los mismos que están siendo controlados por personal médico en las instancias que corresponden, además de confirmarse el envío de 119 muestras al Instituto Nacional de Laboratorios de Salud (Inlasa), esperándose resultados en los próximos días.
Si bien las autoridades del área pertinente del Programa de Zoonosis del Servicio Departamental de Salud Oruro (Sedes) han adoptado algunas medidas de control ante el peligroso contagio de rabia, por efecto de mordeduras de canes, el problema mayor persiste y es el crecimiento descontrolado de una población perruna que se encuentra en las calles y que por su cantidad y agresividad resulta difícil de controlarla preventivamente.
Se han hecho esfuerzos denodados por los encargados de zoonosis para aplicar ciertos controles en este grave problema, lamentablemente capacidad y medios resultan insuficientes para disminuir la cantidad de canes vagabundos que pululan en todos los barrios, constituyendo el mayor peligro público contra la humanidad de nuestra población desprotegida y en desigualdad de condiciones, cuando se presenta el ataque de los perros rabiosos.
Las cifras sobre casos de rabia canina en el país, señalan más de 100 afectados, una mayoría en Santa Cruz, otros porcentajes mayores se consignan en Cochabamba, La Paz y entra Oruro en la proporción de alarma, tomando en cuenta que en el primer trimestre del año, se mencionan cuatro fallecimientos por causa de la rabia canina.
Con esos datos, el asunto es sumamente serio y más allá de la posición que adoptan algunas personas en función de la defensa de "mascotas", hay que pedirles comprensión para que admitan la aplicación de medidas radicales, toda vez que no se puede poner en riesgo la vida de personas, ante un problema que debe ser erradicado en sus orígenes y que constituye la reducción de la población de canes vagabundos.
Hay que insistir en el cumplimiento de medidas de emergencia ante la incidencia de la rabia canina, debido a la proliferación de canes que sobrepasa las limitaciones de los sistemas de vacunación, de mascotas y no de centenares de canes vagabundos que además se multiplican en total descontrol y no pueden ser vacunados, constituyéndose en un peligro latente que merece un control radical, si no se quiere lamentar graves consecuencias.
El peligro de la rabia canina tiene que erradicarse con prontitud y con amplia cooperación de toda la población, pues se trata de cuidar vidas.
Fuente: LA PATRIA
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