Harold Ari un karateca con alma de campeón

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El ser campeón no solo significa haber vencido a todos los contrincantes en cualquier disciplina deportiva, sino también implica llevar consigo una serie de valores que hacen del atleta en un ejemplo para todos, como es la sencillez y la humildad. Esos preceptos son demostrados por un gran karateca orureño como es Harold Rodrigo Ari Escóbar, quien tiene el alma de campeón a nivel nacional con cinta azul.

Sus ojos se abrieron el 27 de enero de 2005. A partir de ese momento el destino le permitiría lograr muchas metas que pocos deportistas llegan a conseguir a su corta edad, siempre guiado por sus padres quienes sembraron en él un espíritu de perseverancia y no doblegarse ante nada.

DEPORTE

Actualmente, Harold es estudiante del colegio Juan Misael Saracho. En lo que respecta a su trayectoria deportiva, comenzó a practicar el karate desde sus 10 años, meses después los réditos no tardarían en llegar como recompensa a su dedicación.

"Al principio era difícil porque había muchos con cinturones superiores y creía que me iban a lastimar. Mi primer instructor fue mi sensei Marcelo Taborga", señaló.

Le fue complicado dar sus primeros pasos en el karate, principalmente por la parte física, ya que su sobrepeso lo tenía maltraer, sin embargo, mucho primó la perseverancia y el esfuerzo para cumplir con sus objetivos. Entrenaba en su casa, hacía saltos de cuerda, trotaba y poco a poco fue avanzando en sus propósitos.

CAMPEONATOS

Había otros escollos, como el miedo a enfrentar a los contrincantes, pero ya tenía mayor confianza. A sus 11 años debutó oficialmente en un campeonato municipal, obteniendo un honroso tercer puesto.

En el 2016 tuvo la oportunidad de participar en su primer campeonato nacional que se efectuó en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, pero como todos en la vida, tuvo que pagar el derecho de piso, situación que le permitió asumir con calma la derrota, al mismo tiempo lo fortalecería para llegar a lo que se avecinaba, ser campeón nacional.

También sufrió una derrota contra un contrincante de cinta verde, quien le proporcionó una terrible golpiza, aspecto que le hizo pensar seriamente en dejar el karate cuando recién daba sus primeros pasos. Sin embargo, sus mentores influyeron mucho en él haciéndole notar que cualquier logro en la vida siempre debe estar acompañado de la derrota.

Por ello, para subir a esa grada de privilegio, tuvo que seguir participando en otras competiciones, principalmente municipales, preparándose para encarar lo que sería el nacional en Sucre, realizado en el 2017.

"Fue un campeonato complicado, tuve que pelear con otros atletas más fuertes que yo, pero con esfuerzo y dedicación y gracias al apoyo de mi papá Hernán y de mi sensei, logré ganar el campeonato nacional. Mi mentalidad era ganar", dijo.

Aquel título le permitió clasificar al mundial que este año se realizará en el Japón, pero, por la falta de recursos económicos y apoyo de las autoridades deportivas, Harold tuvo que renunciar a esa participación internacional a nombre de Bolivia.

Mas no renuncia, a ser el mejor deportista de esta disciplina, ya que sus sueños están perennes y apuntan a continuar en ser campeón nacional.

"Mi objetivo es llegar a ser cinturón negro y ganar una medalla para Oruro", indicó al reflexionar que el kárate le permitió tener una disciplina constante y usar sus habilidades solo para defensa.

Al mismo tiempo, propugnó seguir adelante con mucho esfuerzo siempre con la bendición de Dios, de quien no se olvida para llevar una vida de buen ser humano y llevar en el corazón el alma de campeón.

Fuente: LA PATRIA