Como en lo últimos años, en el mismo periodo y con la esperanza generalizada de los trabajadores, se considera el delicado problema del aumento salarial de la gestión y los aprestos comienzan en el organismo sindical con su planteamiento al gobierno y la respuesta regular, para negociar los porcentajes propuestos por cada una de las partes.
En el proceso como se observa desde hace tiempo, sólo negocian el ministerio de Trabajo y la dirigencia de la Central Obrera Boliviana (COB), como si se tratara de un esquema en el que la actividad productiva corresponde sólo al Estado y sus trabajadores, un sistema que no es el nuestro y que incluso en otras latitudes se abre al sector empresarial privado, asà sea mÃnima su contribución social.
Pero se da el caso que en nuestro paÃs, el sistema democrático vigente permite una importante participación del sector privado en la actividad productiva nacional, lo que implica que un alto porcentaje de asalariados pertenece al sector privado, aunque los empresarios no son tomados en cuenta en la fase de negociación salarial que se impone de manera directa, por acuerdo sólo de dos partes que en todo caso no tienen de manera directa la responsabilidad de generar los salarios.
El Estado paga salarios con dineros del Presupuesto Nacional, que como se sabe son los recursos de absolutamente todos los bolivianos, pero en este rubro de particular movimiento favorecen a los trabajadores de la administración pública y de las empresas estatales, varias con problemas financieros, pero igualmente cumplidoras de las obligaciones salariales.
No es la misma situación del empresariado privado sujeto a una serie de variables financieras, que en algunos casos no pueden compensarse para cubrir la escala de salarios que se fija entre dos partes y no se toma en cuenta a la tercera que deberÃa ser convocada para exponer y considerar sus condiciones reales y posibilidades de cubrir un incremento salarial que casi siempre está fuera de los lÃmites permisibles de las empresas, debido a múltiples factores que hacen dificultosa su rentabilidad, cuando no están dadas las condiciones apropiadas de competencia e incentivos para compensar, incrementos salariales desmedidos.
El empresariado insiste en su participación en la fase negociadora para exponer sus razones y mostrar objetivamente los detalles del comportamiento económico del paÃs, que ha bajado en su ritmo de crecimiento y merece consideraciones especiales para no generar desfases que compliquen la situación social, en materia del cuidado de las fuentes de empleo, que en última instancia son las que se reducen obligadamente para cumplir con aumentos desmedidos.
Una vez más en materia salarial, se observa que las pequeñas y medianas empresas serán las que confronten otro duro golpe en sus finanzas, si no se regula el incremento salarial en función a la realidad productiva nacional.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresÃa Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del dÃa en PDF descargable.
- FotografÃas en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.