El tiempo transcurre inexorablemente y los ejemplos, buenos o malos se asimilan igualmente, de ahà que tiempo y ejemplo es un proceso inevitable que debe ser utilizado en su justa dimensión, aprovechando las circunstancias y rescatando lo mejor que se pueda de la cotidianidad que nos entrega la providencia.
Cuando se analiza la situación se pasa por una serie de "estados", en los que se aglomeran algunos hechos que son parte del diario vivir, buenos, regulares o malos, dependiendo de cada quien en la intimidad de su hogar, en su trabajo o en su entorno social, mostrando todas las condiciones que surgen del desarrollo de las tareas asignadas por terceros y del conjunto de responsabilidades asumidas personalmente.
Adultos, jóvenes y niños, entran en el cÃrculo de convivencia y los ejemplos de mayores deben servir para el desempeño y actividad de la juventud y la niñez del presente, con una clara visión de futuro.
Lo que vemos diariamente en las calles, el comportamiento de ciudadanos mayores y de algunos jóvenes, cuando adoptan posiciones de presión y actitudes de fuerza y violencia, lo más natural es que "por la vista" se absorba el mal ejemplo que podrÃa reproducirse en la próxima circunstancia demostrativa de un acto de rebeldÃa, protesta o de simple oposición al orden constituido.
Es importante que la generación adulta se desempeñe en un molde de respeto, de tolerancia, de amabilidad y propugne el diálogo como la vÃa más apropiada para buscar soluciones a todos los problemas, partiendo de ese principio de "hablando se entiende la gente", inexcusable razón para debatir, dialogar, consensuar y acordar condiciones favorables a partes en conflicto.
Si no se logra avenencia entre las partes conflictivas, la situación puede complicarse desatando otros elementos que son parte de la intolerancia, la irrespetuosidad, el egoÃsmo, el racismo, autoritarismo o el desconocimiento de los derechos y valores humanos que son parte necesaria de la convivencia pacÃfica y el orden establecido.
Bajo esas condiciones, es menester que la gente adulta tome conciencia del rol que le asigna la sociedad para que actúe, en consecuencia, primero que nada dando ejemplo y luego respetando las condiciones que hacen posible la comprensión, el respeto mutuo y la condición elemental de discutir los problemas en el orden de prioridades que exijan soluciones acorde a las necesidades comunitarias, las que deben ser tomadas en cuenta por los responsables de conducir a la sociedad, en un Estado de derecho y no en una situación caótica que atropelle derechos y libertades. No olvidar que el buen ejemplo es básico en todo tiempo.
Fuente: LA PATRIA
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