La clase media y su rol revolucionario a pesar y por encima de ella
26 mar 2018
Adhemar Ávalos Ortiz
El tema de las clases sociales es extremadamente complicado porque estas se constituyeron a partir de procesos históricos, políticos y sociales muy complejos, no tanto en el sentido y posibilidad de su nacimiento, sino en las dificultades de comprensión de su desarrollo y devenir. Los seres humanos se recrearon de manera dramática en un ente diverso per se, sus odios los definieron en un entorno de confrontación fatal e hicieron posible lo que hoy somos, buenos o malos por naturaleza sin definiciones de género, las que no son tan importantes en este caso. Surgieron como seres pensantes en los dramas de la sociedad primitiva, se apropiaron de un espacio precario y no siempre pudieron triunfar en un contexto difícil. Simplemente se inscribieron de inicio en lo que muchos definen como "la historia bárbara", sí lo era, pero no tan criminal como la clasificaron, simplemente necesaria, la de la propiedad privada y la posesión de los medios de producción y de la apropiación legítima o vil del producto, el que no tanto fue generado por un trabajo físico, sino por ideas, las que Marx no recreó totalmente, las dio a entender en un libro muy complejo: "El Capital", cuyo valor supera a su autor.
Marx fue genial, pero limitado en su espacio histórico, condicionado por ideas precarias de un tiempo pasado. Ahora, el tema de las clases sociales debe explicarse en una época distinta, la del Siglo XXI, particularmente en lo que se refiere a la clase media. No obstante, se debe regresar al pasado remoto. Los que creen que la sociedad primitiva era perfecta, están extraviados en sus apreciaciones. La vileza de la especie ya nació desde la época de los primates predecesores en el combate por el alimento, primero, y el territorio de caza después, lo que influyó de manera decisiva en el nacimiento, evolución y devenir de todas las clases sociales, independientemente de la voluntad humana, aunque con su concurso. La clase media no estuvo libre de esta influencia buena o mala según cómo se la analice y defina.
Es penoso criticar algo tan grande como la génesis de la idea marxista, pero en el campo de la Ciencia Política no se debe hacer de otro modo, sino con certeza analítica, por más que duela, pero se lo debe realizar lleno de referencias del tiempo anterior, no por destruirla, sino por basarse en su temporalidad en procesos pasados, a pesar de la grandeza de su propuesta. La historia nos permite mentir, pero bajo un sentido dramático y poético, la verdad se torna en precaria y se convierte en lo que no se intentó ver. No obstante, siempre se develará en sus interioridades más profundas y en el análisis de los hechos pasados, aunque es difícil, se deberá tratar de revelarla en todas sus desnudeces aun asustando a las "viejas y viejos perniciosos" que viven de prejuicios perdidos en el pasado inquisitorial. Para entender lo pasado y lo presente se debe intentar, aunque es casi imposible, despojarse de ideas corrosivas, sumergidas en un pasado lleno de prejuicios.
Subsistir en el Planeta que nos cobija ya es difícil, pero entregarnos a sus dificultades sin resolverlas sería cobarde. Se debe asumir un análisis crítico compatible con lo que hoy sucede aunque nos pese. ¿Y por qué reflexionar filosóficamente? Es necesario en un escenario actual aunque no guste a cierta gente que muere en su debilidad teórica. Lo que hoy pasa nos invita a definirnos en el sentido de "leer" a clases sociales cambiantes y modernas. Algunos no quieren entender su diversidad. Pierden el sentido de la historia y se mortifican en sus ineptitudes morales y físicas. ¿Son incapaces teóricamente y no quieren reconocerlo? Probablemente sí.
Carlos Marx no tuvo el tiempo necesario ni la información, además del contexto de su época, para definir a una clase todavía en ciernes, la clase media, ni siquiera Lenin. Algunos niegan su existencia porque son obtusos en su comprensión, ya que creen errada o tendenciosamente en que solamente existen la clase obrera y la burguesa, y las demás son un añadido irrelevante, algo falso históricamente.
Las clases sociales se mueven, crecen o mueren en función de determinadas circunstancias y adquieren poder solamente en ciertos momentos. Marx se refirió al asunto de manera muy parcial, debido a un conocimiento poco certero del asunto, más conectado a un siglo donde este tema estaba englobado en procesos todavía primarios. Pero, la clase media es una parte fundamental hoy de la transformación revolucionaria, lo crea o no.
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