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Domingo 25 de marzo de 2018

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Revista Dominical

La Kajcha

25 mar 2018

Por: Eduardo Quillaguamán Sánchez

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Por: Eduardo Quillaguamán Sánchez

Pasaron 25 años desde la última vez que pisé un frontón. Un domingo, pasaba por la puerta de la sede de la Asociación de Pelota de Mano de Oruro, ubicada en la calle Sargento Flores y 6 de Octubre, me atrajo la bulla que metían en el interior de la cancha, no pude resistirme e ingresé, estaban jugando la final del campeonato en la categoría Primera de la gestión 2017.

Metido ya en las acciones del partido que resultaba bastante interesante, me dijeron sin embargo, que la verdadera final se jugó una semana antes, donde participaron los hermanos Claudio y Héctor Ticona, incluyendo a su máxima estrella: Armando Condarco, ellos representaron al Club "Multiservicios VES"; los contendores fueron los hermanos Cayoja que representaban al club "Villa Ingenio", cochabambinos, pero de orígenes orureños. Me dijeron que el partido estaba muy equilibrado y cualquiera de los dos equipos podía triunfar, le tocó esta vez al club "Villa Ingenio". La importancia de ese partido radica en que todos los jugadores eran campeones nacionales.

La final que se jugaba ese momento tuvo por contendores a los hermanos Cayoja ya mencionados, contra los pelotaris Luis Moller e Isaac Fernández que representaban al Club "Deportivo Flores", siendo derrotados estos últimos sin atenuantes. El que más me impresionó fue el jugador Milton Cayoja "El Garrincha", manejaba la zurda con mucho talento. Dos prestigiosos periodistas, los hermanos Ramírez, con su magnífico relato, le dieron mucha emoción al partido.

Me dijeron además que Milton "Garrincha" Cayoja, de Quillacollo; Armando Condarco "El Burrito", de Oruro, y el cochabambino Alan "Píngaro" Rocha, fueron los únicos en la historia de este deporte que participaron en un campeonato mundial de pelota vasca en calidad de invitados. Debemos sentirnos orgullosos de nuestro pelotari Armando Condarco quien hizo un gran papel.

LOS VASCOS Y LA

PELOTA DE MANO

Se dice que este viril deporte nació en Francia en el siglo XIII (juego de palma), pero, que es en España donde se popularizó y masificó. Actualmente, en España, por su importancia ocupa el tercer lugar como deporte practicado después del fútbol y el básquet, y para el País Vasco que queda en el norte de España ocupa el primer lugar. Indican los vascos que este deporte forma parte de su manera de ser, es una forma de ver la vida, "esa mano contra la piedra, contra una pelota dura como la roca, define un poco nuestro carácter", señalan los vascos; dicen también que la pelota vasca (en Euskera pilota) es la máxima expresión deportiva, cultural y popular del país vasco. En fin, es "seña de identidad del pueblo vasco".

Los vascos, que son muy nacionalistas en su idioma nativo llamado "euskera", denominan a su nación Euskal Herria, por lo tanto ellos se hacen llamar euskaldunes y no españoles ni franceses, consideran que su idioma es el más antiguo de Europa, dicen: "Hemos luchado contra todos a través de milenios para mantener nuestras raíces, tenemos, pasado, presente y futuro". Señalan también que económicamente España les impide avanzar por lo que buscan su independencia.

Retrocediendo en el tiempo, cuando Colón llegó al Abya Yala o América (1492), había en su tripulación algunos vascos, estos que fueron un gran apoyo para los reyes Isabel y Fernando, en retribución gozaban de muchos privilegios en España, pero, particularmente en América. Uno de los vascos más admirados por ellos mismos es Juan Sebastián Elcano, que junto a Hernando de Magallanes dirigió la tripulación que dio la vuelta al mundo por primera vez, confirmando de ese modo que la tierra es esférica.

Después de la conquista del imperio de los Incas por Francisco Pizarro (1532), Diego de Almagro, su socio, organiza una expedición hacia Nueva Toledo (hoy Bolivia). Juan de Saavedra, su lugarteniente, se adelanta y funda el primer pueblo: Paria, seguramente en este primer pueblo fundado por los españoles construyeron también el primer frontón. Empero, Paria ya era un pueblo habitado por los incas, existían silos donde se guardaba el maíz que venía de Cochabamba.

Años después, la ciudad más importante en esta parte de América fue Potosí, por su cerro rico de plata, los vascos se constituyeron como las principales autoridades de esta gran urbe, ellos tenían el poder económico y político porque el Cerro Rico estaba en sus manos, lo que provocó la reacción de otros españoles, criollos y mestizos, de ahí viene la guerra entre vicuñas y vascongados, los primeros criollos a la cabeza de Alonso de Ibáñez y los segundos los vascos que logran asesinar a Ibáñez, estas cruentas luchas se producen de 1622 y 1625. También en Oruro, otro centro minero colonial de importancia, los vascos, comerciantes ricos, lograron hacerse autoridades del cabildo, el pueblo formado por criollos mineros como los hermanos Juan de Dios y Jacinto Rodríguez, los mestizos como Sebastián Pagador y los indígenas, es decir, el pueblo en todos sus estratos sociales se rebeló dándoles muerte a los vascos (10 de febrero de 1781).

LOS KAJCHAS

A fines del siglo XVII había aparecido en la ciudad de Potosí una forma singular de trabajo: el Kajcheo que tuvo su auge durante el siglo XVIII. Desde los inicios de la explotación se habría permitido a ciertos pobres cateadores, que aliviaran sus necesidades sacando una determinada porción de minerales de las minas, pero con la debida autorización de los dueños. Con el tiempo estos últimos aumentaron en número y junto a otros individuos invadían los fines de semana y durante los días de fiesta las minas de los empresarios, entraban a la mina el sábado por la noche trabajando hasta el día lunes por la madrugada. El metal que extraían lo vendían en la plaza del gato (Katu) en Potosí, el tráfico del mineral se llamaba rescate (Rescatiris). Implícitamente se les toleraba a los kajchas, a quienes se les llamaba "ladrones de minerales que se emplean en un honrado ejercicio". En el fondo, los empresarios se beneficiaban también de estos minerales sacados de sus propias minas, porque ellos tenían la opción preferente de comprarlos. Desde el punto de vista político la actuación de los kajchas podría ser entendido también como una acción de resistencia y reivindicación al poder colonial, ya que robaban el metal al español usurpador.

Las relaciones entre los "supuestos" dueños de las minas y los kajchas no siempre fueron cordiales. Los dueños protegían sus minas con rejas de madera y guardas armados, gozaban además del apoyo de las autoridades. Cuenta la historia que cuando los kajchas se encontraban en el cerro, los empresarios que se aprestaban a recuperar sus minas fueron recibidos con una lluvia de piedras disparadas con hondas. Otra versión dice que el alcalde de minas decidió apresar a seis kajchas entre los que se encontraba Agustín Quespi, un indio valiente diestro para las armas, este encabezaba las incursiones al cerro, poseía también un trapiche, pequeña y rudimentaria instalación de molienda manual. Las autoridades y los dueños de las minas intentaron en varias oportunidades terminar con su vida, le llamaban "monstruo infernal", pero, Agustín que tenía cierta fortuna y era magnánimo con los pobres, una especie de "Robin Hood" potosino, y que también hacía donaciones a la iglesia recibió el apoyo de ellos, decían que "no era nocivo". En cierta ocasión cuando le conducían preso a la cárcel, los indios de las parroquias indígenas salieron con sus hondas, logrando rescatar a los presos e hicieron huir a las autoridades. En ambos hechos el uso de la honda o Waraka está presente, cuando se lanza una piedra con este instrumento el estallido de sus puntas hace un ruido característico (¡Kajj) y de ahí viene el nombre de Kajchas, palabra quechua que significa el "traquido de la honda". Un sonido parecido se produce en el frontón cuando la pelota accionada por la mano golpea el frontis de la cancha. Es fácil deducir que de esa relación de sonidos casi similares surge la palabra Kajcha que es la cancha, y a los jugadores se los denomina Kajcheros. Además en esos tiempos coloniales los mineros Kajchas gustaban de practicar este deporte, ya que sólo trabajaban los fines de semana, con seguridad los demás días se iban a la cancha de pelota de mano a manera de pasar el tiempo.

LA KAJCHA EN ORURO

En Francia en tiempos de la Revolución francesa (1789) en un frontón de pelota de mano juran darle una Constitución a Francia. Cuando trabajaba en el histórico pueblo de Ayo Ayo (1976), los campesinos realizaban sus reuniones en el frontón que existía en el pueblo. En Potosí (1971) en su frontón principal (Alonso) al mediodía de todos los días se reúnen personas de la tercera edad, estos viejitos no paran de reír desde que ingresan hasta que salen del frontón, uno por el show que realizan los jugadores y otro por las bromas del público, donde proliferan los insultos. En la parte posterior de esta cancha había otra más pequeña, totalmente construida de bloques de piedra, supuse que esta cancha fue construida durante la Colonia.

El lenguaje que se utiliza en la kajcha es muy característico y peculiar, es una mezcla de castellano, quechua y lenguaje florido. A la cancha se le llama frontón, porque tiene al frente un frontis o pared donde golpean la pelota por turnos, a los costados están dos paredes laterales. Se puede jugar soleadas entre dos contendores, cuartas entre cuatro jugadores, dos por equipo y sexta entre seis jugadores, tres por equipo. A los jugadores se los llama pelotaris, en nuestro idioma nativo Kajcheros, cuando la pelota tiene un buen bote se dice que es viva, cuando no rebota alto se dice que es opaca, cuando la pelota se golpea con fuerza por arriba se llama larga y al golpeador larguero, cuando se golpea hacia abajo se llama baja y al jugador se le llama bajeador, cuando llega a la lata que está en la parte inferior y suena es punto perdido; cuando la pelota toca primero a la pared lateral de la cancha se llama tabla, cuando la pelota choca en un lateral y seguidamente en el frontis se llama retabla; cuando se falla al restar se denomina kecha, esta falla con la mano resulta bastante dolorosa. Cuando un jugador se cruza y la pelota le toca antes de que el contendor responda se llama mancha, cuando la pelota cae justamente en la unión del piso con la pared y se apaga la pelota se llama Chuka. Nuestro frontón oficial de la avenida Sargento Flores que se construyó en 1918 tiene en la parte superior y central una letra que dice tutti, dicen que había un agujero en ese lugar y si la pelota se quedaba en dicho orificio se hacía un tutti, es decir, se ganaba automáticamente el partido. Algunas veces las apuestas son muy fuertes.

Mi amigo, Enrique Góngora, cuyo padre y tíos fueron excelentes pelotaris y jugadores de la selección orureña en los años 60 y 70 del siglo pasado, indica que el frontón fue donado a la Asociación por el señor Luis Calvo. Actualmente la cancha se encuentra en mal estado, una reparación es urgente realizarla. Pero, los pelotaris temen entregarle a la Alcaldía o Gobernación para su refacción o construcción de otra cancha, dicen que una vez construida o remodelada aparecerán los famosos raqueteros en desmedro de la pelota de mano. Los jugadores de pelota de mano saben que no existe mejor sensación que golpear con la mano, en los tiempos que jugué utilizábamos solo un pañuelo con la cual nos envolvíamos la mano, actualmente se utiliza guantes. Hablando de la raqueta, eso no es nuevo, ya en el siglo XIII en Francia donde nació la pelota vasca los burgueses y aristócratas empleaban guantes y raquetas para jugar con el fin de no dañarse la mano.

Continuando con mi amigo Enrique, con quien compartimos algunos partidos, recuerda con nostalgia y mucha emoción a sus familiares, habla de su tío René Góngora que es una leyenda, dice que en la cancha oficial con sus restes la pelota pasaba la tercera bandera y llegaba hasta donde se encontraba el público. Enrique es especialista en fabricar estas pelotas, lo hace con una perfección única, me indica que se empieza con una bolita de carey o plástico, esta se envuelve con liga delgada, en la siguiente envoltura se utiliza lana delgada, después hilo algodón, tiene una especie de molde en la cual golpea la pelota para obtener un redondo perfecto, al final se coloca el cuero que es material chivo, se cose las dos partes que tienen la forma de ocho y la pelota está lista, es todo un arte. Otro que fabrica buenas pelotas es Pablito Gómez, ambos son también buenos pelotaris.

A mediados del 80 del siglo pasado conocí a un par de jugadores, tal vez los mejores de todos los tiempos en cuartas: Víctor "Vico" Gómez y Guillermo "Tortuga" Zambrana, insuperables, varias veces campeones nacionales, con quienes tuve la fortuna de jugar alguna vez. En los últimos tiempos sobresalen los hermanos Héctor "El Mono" y Claudio Ticona, metidos entre ellos sobresale con luces propias Armando Condarco "El Burrito", los tres fueron campeones nacionales, es un deleite verlos jugar. El "Monito" lleva este deporte en sus venas, es su verdadera pasión, se exalta, se emociona y grita, cuando recuerda sus épocas gloriosas. El "Burrito", el primer mundialista, ha debido realizar verdaderas proezas en este deporte, humilde, sencillo y de gran calidad humana, sigue jugando a buen nivel, seguramente seguirá llenándonos de satisfacciones.

En el frontón encontrará personas de gran calidad humana. Entre los antiguos están los hermanos Góngora, el profesor Orlando Meruvia, el Dr. Carlos "Gato" Miranda, el señor Jorge Ustárez "Cachito" que mantiene su club por varios años, Romel actual administrador, al Dr. Luis Molina (buen dirigente), Sabino y Néstor de la ranchería, el masas, el viejo, el coronel Vidaurre. A los nuevos solo les conozco por sus apodos como es costumbre en el frontón: "El Calaminas", "El Lagarto", "El Enano", "El Chino", "El Toto", "El Loro", "El Garrafas", "Araña", "El Negro", etc., y muchos otros, quienes se constituyen en una verdadera y gran familia. Los que practican este deporte son muy diferentes al común.

25 años pasaron para mí sin ir al frontón, parece que fue tiempo perdido. Recuerdo a mis amigos del colegio con quienes practicaba este deporte, a mi hermano Jorge, a mi tío Alberto, todos ellos pelotaris, he debido recibir esa influencia para practicar este lindo y saludable deporte. Como dice mi amigo Freddy Valdez "El Zurdito": "Este deporte es el más completo mueves brazos, piernas, cintura, cabeza y también desarrollas tu inteligencia, te relajas, te mantienes sano y con un físico envidiable", cuánta razón tiene. Yo digo: En el frontón encontrará gente buena, honesta, desprendida, valiente, franca y principalmente con un gran sentido del humor, si lo visita algún día saldrá muy renovado. Este artículo está dedicado con todo cariño a don Mario Aguilar (El chinito), que sigue esperando corderitos para pescarlos. �l es la historia viviente de la pelota de mano en Oruro.

Para tus amigos: