Una secretaria se comunica con otra secretaria, luego un oficial llama a otro oficial y asà de a poco se llegan a comunicar los estafetas de las oficinas presidenciales de La Habana y Caracas, tratando de comunicar al Comandante Fidel Castro con su homólogo Hugo Chávez FrÃas en el Palacio de Miraflores.
De pronto suena la voz del revolucionario cubano, carraspera, cansada, languideciente que exige hablar con Chávez y pone en figurillas a los dos oficiales que detrás de la lÃnea telefónica no saben cómo poder comunicar a sus excelencias.
El que parecÃa ser el último hombre antes del despacho de Chávez no tuvo otra que intuir que el cubano no estaba bien asesorado indicándole que llamó por la lÃnea equivocada y pasó a darle nada menos que el número de la lÃnea directa para comunicarse con el mandamás venezolano.
Cuando llegó la llamada, rápidamente los encargados pusieron en contacto a ambos dignatarios y Chávez con un respeto profundo trató de conversar entendiendo que la comunicación con la isla no era de las mejores. De pronto, Castro empieza a desvariar, su charla se parece a la de un hombre con Alzheimer, pues empieza a repetir cosas sin sentido y decir palabras sin conexión.
Recomendaciones y formas de haberse dado cuenta que claramente se trataba de una tomadura de pelo deben sobrar, pero en ese preciso instante, seguro que hasta el más ducho periodista hubiera caÃdo tentado por lo que representaba tener semejante pepa.
El dÃa lunes, a eso de las 09:30 de la mañana hora boliviana, en los exteriores de la Corte de La Haya, muy a su estilo, con esa enorme pasión y fulgor que siente nuestro mandatario cuando se le asoman micrófonos y cámaras, hacÃa una breve retrospectiva de lo que fueron las primeras exposiciones en la serie de alegatos y mostrando a todo el mundo nuestro enorme sentimiento triunfalista ante las elocuentes exposiciones de los abogados que nos defienden.
Mientras Carlos Mesa se estaba luciendo de nuevo ante los micrófonos trasandinos, el periodista Iván Maldonado, Director de la Radio Patria Nueva y escudero de los viajes que hace nuestro mandatario por el orbe, no tuvo mejor idea que interrumpir la transmisión para decir cualquier cosa y cambiar el tema, como si los bolivianos no necesitáramos escuchar o saber lo que tenÃa Mesa para responder a los chilenos. Un acto de envidia y egoÃsmo de talante poco profesional y hasta infantil para el director de tan importante medio de comunicación.
Hasta ahà me puedo comer cualquier cosa y digerirla con calma, pero lo que me llamó realmente la atención fue ver el show que nos dio el jurisconsulto español Remiro Brotons, quien en una conferencia de prensa se emocionó con nuestra causa hasta las lágrimas.
Ã?l apoyaba la campaña por la bandera y yo trataba de hacerle notar que un show de esas dimensiones, asà la tela esa le diera la vuelta al mundo, no podrÃa ni deberÃa influir en lo más mÃnimo a los jueces de la CIJ, a quienes supongo yo, les antecede una carrera notable de juristas y un CurrÃculum lleno de conocimiento que seguramente hace que cada uno de estos, anteponga la doctrina y la filosofÃa del derecho en el análisis de los alegatos de uno y otro lado y no asÃ, los berrinches, circo y barra que puedan organizar las partes en conflicto.
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