¡Despertó Oruro!

Cual ave fabulosa de la mitología egipcia, se puede decir sin ambages que despertó Oruro y a partir de hoy no habrá autoridad o persona política alguna que obstaculice el poder de rehacer y emprender una decidida batalla hasta cristalizar en cosa objetiva la idea y el sentimiento de una mejora substancial del desarrollo social y económico del Departamento.

Nada podrá detener ese emprendimiento que exige esfuerzo mancomunado de todos y cada uno de los orureños no importa el riesgo que se corra de aquí al 2025.

Equivocados están aquellos malhechores de la dignidad orureña, cuando afirman que un reciente congreso empresarial solo fue una reunión de amigos interesados en dar la contra al gobierno presidido por don Evo Morales.

De lo que se pudo colegir se establece que Bolivia necesita de un gobierno responsable y moderado que reponga a la brevedad posible el Estado de Derecho, la seguridad Jurídica como bases concretas para garantizar la concreción de proyectos que son de urgente necesidad.

Es necesario abrir las puertas para el ingreso de capitales privados para fomentar inversiones en todos los rubros productivos, de manera particular en minería, para lo cual se precisa de una nueva Ley por cuanto nuestro país está quedando al margen en ese campo con relación a otras naciones vecinas que dan vigoroso empuje a la actividad extractiva minera.

Quienes estuvieron presentes en ese cónclave no hicieron otra cosa que reafirmar su interés para avanzar con paso firme en lograr un mayor progreso si contamos con una población con elevado porcentaje de formación y educación capaces de manejar un proceso que signifique hacer del Departamento de Oruro un polo del desarrollo nacional.

Aquellos que durante los primeros días de la presente semana se dedicaron a defenestrar y expresarse con juicios inconformistas en contra de una vital cruzada de esfuerzos para experimentar mejores días para el crecimiento sostenible de la región, son personas identificables que desde sus cómodos puestos en la administración pública, haciendo caso a consignas partidarias del oficialismo pernicioso, tienen por misión decir !NO! a los orureños que luchan por la tierra heredada de Sebastián Pagador.

Entonces, como se puede ver, la guerra ha comenzado y no habrá ningún grupo político afin al actual régimen que pretenda destruir la posición asumida por los empresarios que sólo piden obras y proyectos de beneficio para todos, rechazando todo intento estatal de quererse apropiar de algo que no es suyo, como por ejemplo, la nueva Estación de Autobuses y con ello dar la intención de cortar iniciativas de invertir en Oruro.