Miercoles 21 de marzo de 2018
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El experto argentino José Luis Sureda, le dijo al matutino El Litoral de Rosario que el gas que tiene Bolivia en sus reservas se acabará en tres o cuatro años.
La crónica fue reproducida por Siglo 21 pero apareció en estos días de alborozo marítimo y quizá sea barrida por las olas.
Dice también el artículo que el GNEA, el gasoducto del noreste argentino, es un gasoducto sin gas como resultado de los negociados que se proponía hacer el gobierno de Cristina Kirchner, con los precios del ducto, y la imprevisión del gobierno boliviano.
Un ducto que, según el cálculo del gobierno K, debía $us 3.000 millones, resultó que podía ser construido por la mitad, quitándole todos los factores de corrupción que habían sido incluidos.
Pero ahora hay la duda de si construirlo o no, porque Bolivia no garantiza la provisión normal, y quizá haya que llenarlo con gas traído desde los yacimientos de la Vaca Muerta, en Neuquén, donde viven los pingüinos.
Dice Sureda que Argentina tenía la potestad de realizar una "auditoría" para verificar si Bolivia tiene o no tiene el gas necesario, pero que el gobierno K decidió no hacerla, dejando en la duda toda la operación.