Festejos en LA PATRIA

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

LA PATRIA, el Subdecano de la Prensa Nacional celebra su 99 aniversario, lo que implica necesariamente retroceder en el tiempo y recordar las celebraciones pasadas. No nos referiremos a los actos que hubo porque sería solo entrar en una vía de discursos.

Hoy queremos ver el interior de esos festejos. Si bien el tiempo es el aliado para permitir esa situación, también se debe destacar el esfuerzo y sacrificio de todos los integrantes del matutino, que por si fuera poco, en sus manos está la gran responsabilidad de escribir la historia de Oruro.

Aquella dedicada labor tiene su recompensa en un día de regocijo, unos más que otros, pero todos con el mismo sentimiento, ya que con orgullo nos identificamos con LA PATRIA, inserto en nuestros corazones para creer y pensar que es posible construir desde las páginas del periódico, el desarrollo de la región.

LA CELEBRACIÃ?N

Lo íntimo del festejo está tras los discursos, el compartir con los compañeros sesiones enteras de añoranzas del trabajo, la remembranza de las personas que pasaron por el medio de comunicación, sus anécdotas, "l´età dell´oro".

Cómo no traer a la mente la mítica frase: "¡Salud y pesetas!", era el conjuro mágico para celebrar. Seguramente escucharemos esas palabras en nuestra mente, ya que su promotor festivo, don Marcelo Miralles Bová, ahora está en la diestra de Dios Padre.

Entre salud y salud, salen las risas, las carcajadas, las dicciones bohémicas que al momento se hacen presentes por la musa inspiradora del elixir celestial, como el singani, el whisky o la cerveza.

Pero en la mayoría de esas celebraciones estuvo presente siempre un paréntesis, porque su lugar sería ocupado por el tradicional bautizo. Incluso en ese momento se solía sacar del baúl de los recuerdos, cómo los benjamines de LA PATRIA debían pasar por la tinta de impresión estampada en sus cuerpos.

Sin embargo, de las nuevas generaciones eran más sobrias, con crema de calzado, huevos, harina y bebida espumante, que debía ser saboreada con el padrino elegido para la ocasión.

Posteriormente, a retomar el festejo, entre abrazos y entonaciones del himno de LA PATRIA, muchas veces expresadas con sentimiento, retrotrayendo las experiencias que obligaron a enfrentar situaciones adversas, según se pintó en la ocasión de la cobertura.

Los más valientes se quedaban hasta el final, otros debían huir al inicio, debido a la actividad impuesta por la jornada. Otros preocupados en llegar a casa, hacían el amague de los amigos, con la excusa de ir al baño o de volver luego de ir a abrigarse.

En fin, fueron siempre momentos inolvidables que estarán en la retina de quienes tuvimos la fortuna de compartir esos episodios maravillosos de las celebraciones de LA PATRIA.