Un conservador se ofrece como único candidato "limpio" para gobernar Brasil

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El conservador Levi Fidelix, que aspira a la Presidencia de Brasil en las elecciones de octubre próximo, se presenta como el único postulante ajeno a la corrupción y afirma que si el país quiere un candidato decente, el "único" es él.

"Si Brasil quiere a alguien realmente limpio" para el Gobierno, "gano por nocaut, gano por 10 a 0", dijo en una entrevista con Efe este político que se inscribe en el centroderecha y que ya intentó llegar a la Presidencia en dos ocasiones pero se quedó muy lejos.

En 2010 obtuvo apenas 57.960 votos (0,06 %) y en 2014 fue apoyado por 500.000 electores (0,43 %), pero Fidelix está convencido de que para los comicios del próximo 7 de octubre, los primeros después de que la operación Lava Jato expuso la corrupción imperante en todas las esferas del poder, el escenario será completamente distinto.

Las encuestas hasta ahora son encabezadas por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien puede ser impedido de postular por una condena a doce años y otras seis causas penales aún abiertas, y el diputado Jair Bolsonaro, un exmilitar de ultraderecha y también investigado incluso por cuestiones de tipo racial u homofóbico.

"Lula no podrá ser candidato porque está condenado, Bolsonaro tiene un montón de procesos", declaró Levy, quien incluyó entre los candidatos "sospechosos" a la ecologista Marina Silva y al jefe de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, ambos investigados en la Lava Jato.

También mencionó al actual gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, sospechoso de irregularidades en obras en ese estado, y al ex jefe de Estado Fernando Collor de Melo, quien responde en casi una decena de procesos ante la Corte Suprema y aun así anunció su precandidatura para octubre próximo.

"Es lamentable", pero "casi todos los partidos brasileños fueron infiltrados por la cultura de la corrupción", aseguró Fidelix, quien sostuvo que ese nuevo escenario le permitirá crecer frente ante el electorado.

Así como se excluye a él mismo de los escándalos, Fidelix deja fuera de esas corruptelas al Partido Renovador Laborista Brasileño (PRTB), que fundó en 1994, preside desde entonces y que no tiene a ningún dirigente sentado en el banquillo de los acusados.

Fidelix no aparece hasta ahora en los sondeos de opinión de cara a las elecciones de octubre, lo que atribuye a que ha sido siempre crítico con las encuestadoras, que en su opinión se prestan a todo tipo de "manipulaciones".

Sin embargo, dice que encuestas hechas por el PRTB le atribuyen actualmente una intención de voto del 7 %, con tendencia a crecer "con fuerza" durante los próximos meses.

Además de su condición de "limpio" ante la justicia, Fidelix se dice convencido de que Brasil es un "país de centro", que se resiste a los "fundamentalismos" de izquierda o derecha que, en su opinión, representan candidaturas como las de Lula o Bolsonaro.

Sus propuestas son, sin embargo, polémicas. En lo económico, se dice "keynesiano" y sostiene que Brasil debe abandonar las teorías "monetaristas" de las últimas décadas para encarar una profunda reforma tributaria y financiera, que distribuya mejor los impuestos y reduzca "el poder que ahora tienen los bancos".

En el área de seguridad, crucial en un país que, según Fidelix, "vive la vergüenza de ver entre 50.000 y 70.000 personas asesinadas cada año", defiende una mayor vigilancia fronteriza y un "combate directo" a la delincuencia mediante un fortalecimiento de las policías.

Pero además apoya que se flexibilicen las normas para el porte de armas, de modo que cada ciudadano ejerza la "autodefensa", que considera un "poder disuasorio, porque el ladrón no asalta a quien puede estar armado".

En ese apartado, también propone establecer regímenes de colonias penales agrícolas, para que los presos "trabajen" y no permanezcan "ociosos" en las prisiones, y construir penales en "islas", para "alejar de la sociedad a los delincuentes de alta peligrosidad".

Fuente: Brasilia, 17 (EFE)