La hormiga en la punta del cerro

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Una gran hormiga se asoma por una serranía de la zona Noroeste de la ciudad de Oruro, se asemeja mucho a una de las tantas miles de hormigas que el semidiós Huari envió a los Urus para que se sometan a él, para venerarlo.

Si se la observa fijamente desde a lo lejos, parecería que tuviese vida, sin embargo, es solo un engaño visual debido a las nubes que están en constante movimiento.

La intriga se apodera de nuestros seres para descubrir de cerca cómo es esta estructura, situada en una pequeña serranía próxima al parque ecológico Pesk´o Ujyana. Para ello se necesita de cierta resistencia física y llegar hasta aquel enorme animal hecho de concreto.

Una vez en la cima el camino por debajo del enorme animal continúa por varios pasillos hasta llegar a un parque infantil, que por el día, estaba vacío, solo el viento jugaba en los columpios haciéndolos mover como si fueran espectros fantasmales que aprovechan las circunstancias para divertirse.

Asimismo, la vegetación pequeña que existe en el sector se movía como si un director de danza indicara sus movimientos, fríamente calculados para un ritual natural.

Unas bancas incitaban al descanso y a cubrirse del intenso sol veraniego que agoniza antes de dar la bienvenida al otoño. El sonido del silencio era sepulcral, pero reconfortante porque, llamaba a la paz y a la tranquilidad. Aunque en el imaginario estaban las risas de los niños disfrutando de aquel lugar.

Sin embargo, la hora implacable llamaba al retiro para volver con la actividad cotidiana que impone el destino para avanzar a la vejez en un viaje obligatorio y sin retorno.

Fuente: LA PATRIA