Observadores, analistas y algunos protagonistas se refieren a la situación como parte de un proceso que por temporadas se acrecienta en nuestro medio y sale del control polÃtico, oficialista u opositor para complicar a la ciudadanÃa que en último tiempo, "queriendo sin querer" por efecto de las redes sociales se entera del nutrido intercambio de opiniones, denuncias, crÃticas y finalmente variados insultos, hasta de elevado tono, que muestran la inestabilidad del sector y su influencia negativa en el ánimo colectivo.
Las cosas que suceden en el diario vivir para una mayorÃa de la población están ligadas a su modo de vida, a sus preocupaciones propias de familia, en algunos casos con buenas noticias, el logro de algunos proyectos, por otro el detalle del cotidiano batallar, el comentario del ama de casa generalmente para referir alteración de precios y desequilibrio en la canasta familiar y añadir al diálogo común el infaltable ingrediente de alguna alteración que de "rebote" complica la tranquilidad y hasta la seguridad ciudadana.
No faltan las denuncias de opositores sobre casos que alteran la transparencia en el manejo de fondos públicos, de programas oficiales a nivel gubernamental y con asiduidad en el caso de gobernaciones y municipios, lo que redunda en protesta de la gente, defendiendo recursos que podrÃan servir mejor en programas de salud o educación. No faltan problemas que revelan una serie de alteraciones en el manejo de la cosa pública, cuando funcionarios irresponsables, con clara ineficiencia, perjudican a organizaciones vecinales o directamente a familias, retrasando soluciones a problemas emergentes de la situación reinante.
Esa serie de eslabones irregulares forman una cadena que constriñe el libre accionar de la ciudadanÃa pues resulta que en ese ir y venir de hechos, aparece involucrada la población que debe soportar alteraciones en su diaria actividad, por marchas, bloqueos, huelgas o simplemente porque varias responsabilidades oficiales se alteran debido a que los polÃticos, los unos y los otros se enfrascan en un agrio intercambio de insultos, postergando el tratamiento de las soluciones que espera la sociedad en conjunto.
Frente al conjunto de hechos que son parte del proceso de convivencia en nuestro paÃs, se hace necesario aplicar cambios conductuales en los altos niveles de la gobernabilidad nacional y las cúpulas polÃticas, para que respetando derechos ciudadanos, permitan bolivianos y bolivianas vivir sin sobresaltos, en el marco de respeto colectivo y con plena seguridad ciudadana. Es lo más que se puede pedir a la clase polÃtica nacional.
Fuente: LA PATRIA
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