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Señor:
Heraldo Muñoz
Ministro de Relaciones Exteriores de Chile
Santiago - Chile
De mi mayor consideración:
En primer lugar quiero saludarle muy cordialmente desde mi escritorio situado en un rincón del mundo. Decirle también que le he seguido minuciosamente en la prensa chilena y boliviana. A manera de preámbulo, le cuento que en el exilio he tenido la oportunidad de conocer gente chilena muy simpática y amable. Muchas de esas personas solidarias con la causa marÃtima boliviana. Sin lugar a dudas que en su paÃs existen intelectuales que también apoyan la urgencia boliviana de tener una salida soberana hacia las costas del Océano PacÃfico. Debo confesarle que cuando usted asumió la cartera de Ministro de Relaciones Exteriores, pensé que iba a jugar un mejor papel que su antecesor, Alfredo Moreno, pero me salió el tiro por la culata. Hoy, como en el pasado, usted y la derecha chilena han trazado un cÃrculo vicioso para creer sus propias mentiras.
Chile, desde su independencia ha desarrollado un concepto de hegemonÃa en el PacÃfico Sur. Diego Portales, principal enemigo de la Confederación Perú-Boliviana y personaje oscuro en la historia de América del Sur, fue quien reforzó ese pensamiento. Portales decÃa, por ejemplo, que si era necesario mentir por el bien del Estado, habÃa que hacerlo. Y escribió en una carta: "Las fuerzas navales deben operar antes que las militares, dando golpes decisivos. Debemos dominar para siempre en el PacÃfico". Son a partir de estos enunciados históricos que Chile empieza a trazar su expansión territorial y marÃtima en el siglo XIX. En este orden sucedió la mal llamada Guerra del PacÃfico, con el único propósito de usurpar las riquezas naturales de Bolivia. Es asà que Chile invadió, sin declaración de guerra, el Litoral boliviano y amputó a Bolivia de su derecho soberano en el PacÃfico.
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El pueblo boliviano ha esperado, con espÃritu bondadoso y pacÃfico, más de un siglo para retornar a una parte de su Litoral. Muchos gobernantes, polÃticos y cancilleres chilenos, conscientes de semejante invasión e injusticia, prometieron a Bolivia, en varias ocasiones, devolverle un corredor "soberano" en el PacÃfico. Declaraciones que hoy en Chile no son aceptadas. Durante varias décadas se han diseñado metas para poner fin al problema marÃtimo pendiente que existe entre Bolivia y Chile, y todo fue un fracaso rotundo porque Chile ha utilizado la "diplomacia ciega, sorda y muda". Acuérdese que en el primer gobierno de Michelle Bachelet, se abrió una agenda de 13 puntos. Y el Gobierno de Evo Morales, con el grado más alto de respeto, amistad y hermandad hacia Chile, siguió honestamente el curso de dicha agenda. ¿Y qué pasó? Chile jamás cumplió con el punto 6 que hacÃa referencia al tema marÃtimo. Tampoco cumplió con el punto 7 que trataba sobre los Recursos HÃdricos de Bolivia: El Silala.
Ustedes han expresado que Chile siempre ha estado dispuesto al diálogo, pero a un diálogo cojo. Quieren hablar de todo menos de la reivindicación marÃtima con soberanÃa. Y cuando La Paz se pronuncia sobre este tema, el caldo de cultivo es la mentira, la pillerÃa y mostrar a su Ejército, en la frontera, con claras señas de amenaza no solamente al Estado Plurinacional de Bolivia, sino también a los otros paÃses vecinos. Por lo tanto, no es el pueblo chileno sino más bien usted y las élites polÃticas, de su paÃs, que han tergiversado totalmente la historia, los hechos, las construcciones de canales con cemento y tantas otras cosas más. Se han inventado el circo de las aguas del Silala, el circo del mar, el circo de apropiarse territorios sin gravitación propia, etc.
!Basta de mentir señor Muñoz! Ustedes han difundido con un gran ventilador que Bolivia se hace la vÃctima, que nunca tuvo mar, que intenta alterar el Tratado de 1904, que no tiene ningún derecho jurÃdico para reclamar por una franja en el mar etc. Pero no les sirvió de nada, porque todo lo que han argumentado se ha multiplicado por cero. Bolivia hizo jugadas espectaculares en el tablero. Una prueba de ello se dio, en septiembre de 2015, cuando la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya, encendió sus poderosas luces rojas y no dejó pasar, bajo los escritorios, la objeción del gobierno de Bachelet. El resultado: 14 votos a favor de Bolivia y 2 a favor de Chile. Una goleada jurÃdica en la Corte más alta de Justicia de la Humanidad. Y como efecto, Chile quedó en jaque mate y con Parkinson crónico del que, hasta ahora, no puede recuperarse del todo. A usted, a la derecha chilena y al Ejército les duele profundamente, les arde la médula espinal y no pueden digerir la derrota. Frente a tal situación han lanzado represalias contra Bolivia. Es asà que su odio contra Bolivia ha crecido exponencialmente y por eso usted se ha convertido en el enemigo número uno de Bolivia. Y para defender su posición, utiliza argumentos y conceptos totalmente retorcidos. Usted ha dicho que Bolivia goza de acceso al mar, ¡falso! Bolivia debe tener acceso "soberano" al mar, que Chile siempre ha estado dispuesto a dialogar con Bolivia para mejorar el acceso al mar, ¡falso! Si asà hubiese sido, se hubiera solucionado el problema marÃtimo pendiente entre ambos paÃses, que Chile tiene "vocación de paz", ¡falso! Por favor señor Muñoz, Chile jamás tuvo "vocación de paz". Si lo que usted afirma fuera verdad, entonces Chile nunca hubiera planificado, mucho antes de 1879, invadir a Bolivia para arrebatarle sus enormes riquezas naturales. Si fuera cierto lo que usted dice, entonces ¿Por qué se arma Chile? ¿Por qué, de cuando en cuando, saca a su Ejército a sus fronteras?
Como se manifiesta anteriormente, no es el pueblo chileno, sino la oligarquÃa y el Ejército que hacen que Chile no sea un buen vecino. Tomando en cuenta esta realidad y su afirmación de que Chile es un buen vecino. Yo digo ¡falso! Un buen vecino no se une con Inglaterra para invadir a un paÃs hermano, un buen vecino no amenaza constantemente, un buen vecino acepta el trabajo de periodistas extranjeros, y no los devuelve a su paÃs ni les hace firmar documentos para inhabilitarlos, un buen vecino no atropella los tratados internacionales, un buen vecino no desvÃa las aguas de un rÃo, un buen vecino paga por utilizar recursos hÃdricos de otro paÃs, un buen vecino no riega con minas antipersonales la frontera con el paÃs hermano, un buen vecino no se busca pleitos con los paÃses de su alrededor, un buen vecino no pacta con Inglaterra para atacar a la Argentina, un buen vecino no es demandado dos veces ante CIJ, un buen vecino no exige visas a ministros de un paÃs hermano. Además, usted ha expresado que Bolivia no podrá volver al PacÃfico con soberanÃa, que no se puede cambiar el imperante e injusto "status quo" marÃtimo, que el Estado boliviano provoca a Chile etc. Todas estas declaraciones son un puñado de muestras de su aborrecimiento hacia Bolivia. Para usted, la mano del hombre está implÃcitamente presente en la ley de gravedad. Decir que los canales de cemento que se han construido artificialmente, con el fin de desviar las aguas bolivianas hacia Chile, son para evitar la contaminación, es como asegurar que las usurpaciones de territorios palestinos por parte de Israel, son "para evitar la contaminación". O que los hornos del campo de concentración de Auschwitz (Polonia), durante la Segunda Guerra Mundial, eran puestos en marcha "para evitar la contaminación".
!Basta de mentir señor Muñoz! Me da la impresión que usted no comprende bien el significado de la palabra integración. La definición de integración según la página https://definicion.de/integracion/ (lea por favor) es la siguiente: "Se trata de la acción y efecto de integrar o integrarse (constituir un todo, completar un todo con las partes que faltaban o hacer que alguien o algo pase a formar parte de un todo)". ¿Ha leÃdo bien? Dice "completar un todo con las partes que faltan". Es ahà donde Bolivia hace hincapié. Usted habla de una "integración silenciosa". Es evidente que los paÃses civilizados tengan intercambio en materia de salud, de cultura, de inmigración, comercial, educación, tecnologÃa etc. Bolivia y Chile, a pesar de sus diferencias, respecto al mar y las aguas del Silala, gozan de esa cooperación en algunos puntos mencionados arriba. Pero para que exista una integración, en esta parte de Sudamérica, en todo el sentido de la palabra, Bolivia debe ser completada con lo que le falta. Es decir, con una parte que Chile se apoderó por la fuerza bruta. O sea, lo que debe hacer Chile, es devolver un pedazo del Litoral boliviano arrebatado para que Bolivia vuelva a tener soberanÃa en la cuenca del PacÃfico.
¡Basta de mentir señor Muñoz! Chile siempre se ha jactado de ser un paÃs que "respeta el derecho internacional y los tratados", ¡falso! Lea bien la historia de su paÃs. Le voy a poner un ejemplo. En estos momentos usted, la señora Bachelet, su Gobierno y todo Chile están olfateando que, posiblemente, perderán en La Haya; porque Bolivia tiene la razón, la justicia, la historia y la jurisprudencia a su favor. Y, como consecuencia, ustedes han cambiado de retórica. Ahora usted, Jorge Tarud y mucha gente en Chile dicen que en caso que La Haya se pronuncie a favor de Bolivia, Chile no acatará el fallo. ¿Eso es respetar el veredicto de CIJ?
Por último, alguna vez se ha imaginado usted ¿Qué hubiera sido de Chile sin el guano y el salitre bolivianos? Se ha puesto a pensar ¿Qué hubiera sido de Chile sin el cobre, sin el oro, sin el litio, sin la plata y otros minerales que fueron saqueados de Bolivia? Salvador Allende dijo en el pasado que la renta de la explotación del cobre era "el sueldo de Chile". Alguna vez se ha preguntado ¿Qué hubiera sido de Chile sin las aguas de los bofedales que se encuentran exclusivamente en territorio boliviano, y que ustedes utilizan esas aguas, desde hace más de un siglo, sin pagar un solo centavo? ¿A eso llama usted hostilidad? ¿Es por eso que usted dice que Bolivia provoca a Chile?
¡Basta de mentir señor Muñoz! usted y toda la derecha chilena son soberbios y mal agradecidos. A ustedes, como a su selección de fútbol, se les ha subido los humos a la cabeza. Sin embargo, en el Estadio Hernando Siles de La Paz, los jugadores chilenos salieron llorando de la cancha. Todo su castillo construido de naipes se les vino abajo. Tengo la sensación que usted y todo el equipo que está en contra de la demanda marÃtima boliviana, saldrán llorando de las oficinas de la Corte de Justicia más alta de la Humanidad. Y entonces todos sus argumentos, inyectados con falsedades, serán pulverizados porque, como usted bien sabe, las mentiras tienen patas cortas y no llevan a un buen puerto.
Acuérdese de dos cosas por el resto de su vida: Bolivia jamás renunciará a su derecho legÃtimo de tener acceso soberano en el PacÃfico. Chile es, ni más ni menos, lo que a Bolivia ha usurpado.