Cotidianidad conflictiva

No hay día en que no se registre algún conflicto que altere la tranquilidad ciudadana y exponga a la comunidad a una serie de inconvenientes por las características de los problemas que se presentan en los espacios públicos, más propiamente en las calles o mínimamente obliguen a mucha gente a tomar ciertos recaudos para no ser arrastrados por la corriente de hechos que comprometen, seguridad, tranquilidad y bienestar colectivo.

Esa es una parte del malestar al que está sometida la comunidad, la otra es la que proviene de manera más estática, pero no menos lesiva, cuando los políticos, oficialistas u opositores se dedican a la malsana competencia de lanzarse improperios hasta de grueso calibre, con denuncias, con respuestas evasivas, con altaneros desafíos o simplemente con la intencionalidad de menoscabar la dignidad de unos u otros, no falta de vez en cuando el toque de alguna insinuación grotesca que es disimulada, incluyéndola en la categoría de bromas.

Preocupa a la comunidad situaciones que se dan en el contexto del orden político, de las relaciones diplomáticas, de las posiciones que asumen nuestras autoridades frente a las que exponen por su parte, los llamados opositores, aunque no lo fueran, pero que al marcar desacuerdo con ciertas condiciones, no pueden estar en otra categoría que no sea la rechazada en los medios oficiales, por lo mismo corre aquello de que "si no estás en la línea, estás contra ella".

Un enorme conglomerado ciudadano expone a través de las redes sociales sus puntos de vista que son preocupaciones sencillamente regulares, si se toma en cuenta que en muchos casos la suerte de la economía nacional responde a ciertos conceptos más técnicos que los de orden real que percibe de forma directa el ciudadano común, especialmente cuando se habla de cierta bonanza y un sitio de preferencia entre países de la región, pero obviando mencionar la existencia de un enorme contingente que vive en miseria o de otro que a falta de empleos se incorpora por necesidad al ejercito del comercio informal. La gente reclama soluciones y lo expresa de manera abierta, pero sin respuestas concretas que otorguen tranquilidad y mejores perspectivas.

El presente mes, que se caracteriza por una celebración histórica y elementalmente patriótica, por la posición invariable de los bolivianos en el retorno al Mar y recuperar los territorios invadidos en acciones belicistas promovidas por grandes intereses que influyeron para despojarnos de tierra y mar, es algo que precisamente en la oportunidad tiene ingredientes muy particulares como los alegatos que se cumplirán en la Corte Internacional de Justicia en La Haya, a donde concurrirá una delegación boliviana, que en criterio de mucha gente debió ser estrictamente diplomática y sin el "relleno" de muchas personas que "nada aportarán" al proceso pero que gozarán de un típico viaje de turismo, que entre otras cosas le costará una millonada al pueblo boliviano.

Todo este conjunto de hechos "efectivos" son parte de la cotidianidad conflictiva.

Fuente: LA PATRIA