Sequía que hace saltar alarmas

Ciudad del Cabo soporta su peor sequía en más de un siglo, pues hace tres años que no llueve, y los entendidos alertaron que las restricciones para el uso de agua pueden empeorar desde el 12 de abril que se denominaría como el "Día Cero", para que se cierren todos los grifos y se comience a utilizar agua de piletas públicas.

Ciudad del Cabo es una de las urbes más turísticas de Sudáfrica y está amenazada de quedarse sin agua, pues en la actualidad sus habitantes soportan una dura restricción de 87 litros diarios por persona, lo que equivale a una ducha de 5 minutos, para tener una idea de lo que significa.

En África, existen poblaciones donde su gente tiene que recorrer grandes distancias y ocupan al menos seis horas de su día para conseguir agua.

Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 20 litros deberían ser suficientes para atender "las necesidades básicas de higiene personal a alimentación".

En España se ocupan alrededor de 130 litros diarios por persona, lo que nos da una pauta de cuánto de este precioso recurso natural se gasta. Seguramente en América Latina, sin ir lejos, Bolivia, se ocupa una cantidad similar, aunque es probable que sea menor, sin embargo, existen barrios en los que se dota del líquido transparente durante todo el año, las 24 horas del día, por lo tanto, al estar tan a la mano este recurso a veces llegamos a abusar de su uso.

La sequía del año pasado, la que se vivió hasta hace unos meses, hizo preocupar a los habitantes y autoridades en diferentes ciudades de Bolivia. En Oruro alarmó la desaparición del lago Poopó, que al parecer ha vuelto a la vida tras las lluvias caídas en enero y febrero, sin embargo, no hay que confiarse porque la naturaleza es muy cambiante y más ahora que los ecosistemas del mundo se han visto afectados por la intervención del hombre, que depreda y contamina sin medir consecuencias.

No obstante de haberse vivido esa situación preocupante, las autoridades se olvidaron de diseñar un plan de contingencia para evitar que nuevamente desaparezca el lago y quizás también el Uru Uru, que estaba con un nivel muy bajo en su espejo de agua.

De todos modos, como habitantes, todos y cada uno podemos contribuir a que no lleguemos a extremos antes inimaginables, que ahora nos hacen abrir los ojos a la dura realidad de la que no estamos exentos. Lo único que tenemos que hacer es cuidar el agua, no hacer un uso abusivo del líquido elemental, reciclar y reutilizar lo más que se pueda, reuniendo en baldes el agua de la ducha o de la máquina de lavar para el baño, lavar pisos o los vehículos, a veces suena tedioso hacer todo ese ejercicio de almacenar agua, pero peor es quedarse sin el líquido vital y tener que pasar muchas horas buscándolo para la alimentación y la higiene.

Fuente: LA PATRIA