El Alto: indómita, pujante y contestataria ciudad

Este 6 de marzo se conmemora un aniversario más de vida histórica de El Alto, la ciudad del departamento de La Paz y de Bolivia que refleja un mayor crecimiento demográfico, aunque todavía su vertiginoso crecimiento poblacional no va en correspondencia equilibrada con el desarrollo humano y con la necesaria infraestructura moderna.

Existen numerosos barrios en El Alto que requieren urgentemente los servicios básicos y el tratamiento de la basura que genera es aún un problema que exige una solución moderna y no maquillajes; asimismo, no se contemplan proyectos inmediatos y fórmulas de contrato con concesión de un tiempo de administración, eliminando así la inversión local, la construcción de un nuevo aeropuerto que satisfaga con modernidad y carreteras de acceso fácil las necesidades de El Alto y La Paz.

Es muy ilustrativo citar que en conjunto La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz, según estadísticas recientes arrojaron una participación en el PIB (Producto interno bruto), de 49% y estos núcleos concentraron el 48 % de la población activa.

La región metropolitana de La Paz y El Alto es la directa responsable del 88% del PIB generado en el departamento, que revela la primacía económica del área urbana sobre la rural. Lo precitado está enviando un mensaje inequívoco al gobierno para que fortalezca y modernice sin dilación la agricultura y elimine la desconexión que existe ente las provincias y la urbe que la circundan.

El Alto es significativamente importante como principal aportante al incremento poblacional; y no es poco afirmar que en los últimos diez años, el crecimiento de La Paz fue prácticamente nulo; mientras El Alto sobrepasa hoy el número de habitantes de la Sede de Gobierno.

El crecimiento de El Alto es espectacular pues entre los años 1990 y 2005, se consolidó una masificada zona alrededor del aeropuerto internacional, esto, aunque sea un factor halagüeño de crecimiento, es una demostración de la falta de conocimientos de las normas aeronáuticas internacionales de la alcaldía de El Alto, en cuanto a asentamientos y altura de las viviendas, debido a que hoy, y en este momento, por negligencia de la alcaldía, de aplicar la norma, todos los inocentes ciudadanos y sus familias que poseen inmuebles dentro del círculo prohibido están expuestos a perder la vida ante la eventualidad de un accidente aéreo que arrase con las viviendas y, la alcaldía, debe estar consciente de esta contingencia, presente en la cotidianidad del ejercicio del transporte aéreo, además de ser responsable de las indemnizaciones por eventuales muertes y pérdida de bienes, pues trasunta en la responsabilidad extracontractual.

El Alto necesita que sus autoridades trabajen incesantemente por esa urbe, dejando a lado las inicuas pugnas políticas que retrasan y postergan los proyectos inmediatos para elevar el desarrollo humano de El Alto.

Sus autoridades deberían racionalizar sobre la inexcusable responsabilidad de que si invisten la calidad de autoridad es para servir única y exclusivamente a la población, evocando los mandamientos ineludibles de los sabios griegos hace más de 20 siglos al posesionar o nombrar autoridades. Entonces, con vocación consciente de servicio la autoridad se eleva a una condición de autoridad supra partido y sirve eficazmente a la población, y servir a la población es una gracia excepcional que recibe en su vida el ciudadano nombrado, ya que servir a la población con capacidad, diligencia y preocupación constantes insertará a la autoridad en la historia, si no lo hace, su tránsito como autoridad se olvidará como un suspiro, menos por la ley, si además de inepto fue corrupto.

(*) Abogado, posgrados en Derecho Aeronáutico, Interculturalidad y Educación Superior, Conciliación y Arbitraje, Docencia en Educación Superior, doctor honoris causa, escritor.