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Domingo 04 de marzo de 2018

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Revista Dominical

La Obra Maestra sigue intacta

04 mar 2018

Por: Aníbal Abel Alarcón Caparroz - Poeta-escritor

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Frase profética: "Vale la pena morir por todas las otras penas que no valen la pena vivir"; o dicho de otro modo, vale la pena servirnos de una sociedad egoísta, o es que nos servimos de la suciedad que trasciende en el entorno fuera de nuestros límites territoriales o departamentales, frente al notable engrandecimiento de una manifestación socio-cultural y religiosa.

Ahí es donde renace la fe en todo su contexto, invitándonos y hasta obligándolos a fuerza de velar, la grandiosidad de nuestra cultura netamente folklórica, en honor a nuestra patrona de toda esta región. La historia y el bienestar social nos enseña a las personas a vivir con nuestras costumbres y tradiciones, por ser pueblos ricos, con el coraje de un león como se manifiesta en una parte del himno a Oruro, recalcando que no podemos permitirnos delegar conceptos o cosas que dañen la dignidad de nuestra sociedad, debiendo ponernos de pie para defender lo que intrínsecamente nos corresponde con justicia de la razón.

Por lo tanto, creemos que la única manera de conservar nuestras riquezas culturales, es avanzar con un solo fin, el de seguir preservando nuestros patrimonios, forjando un espíritu independiente de este jirón patrio, avizorando hasta ahora el mismo camino hacia la consecución, con muchísimo orgullo, de mantener y conservar con ahínco nuestros principios identitarios que nos distinguen de los demás; es decir, un conjunto de circunstancias que distinguen y nos separan de los demás, como principio fundamental de la lógica tradicional, según la cual "Nuestra cultura es idéntica a sí misma", no hay otra, lo contrario significaría plagio y nada más.

La libertad plasmada en el arte

Los pueblos tienen espíritu, alma e historia, ahí están depositadas nuestras tradiciones, creencias de la forma de ser y de pensar. Toda esta diversidad es la que se conoce como "Identidad regional", esta identidad nos conecta con nuestro pasado, presente y futuro.

En ese contexto nuestra identidad surge del pasado y emerge paulatinamente a través del tiempo, moldeándose en lo más profundo del conocimiento y del saber, irradiando las maravillosas costumbres y tradiciones que nos legaron nuestros antepasados.

Por eso quien quisiera volver a repetir sucesivamente varias cosas del pasado, unas para mejorarlas e implementarlas y disfrutarlas en el presente, una y otra vez, con una mágica inspiración colectiva, por cuanto cada año se alimenta del rocío de espiritualidad que surge y emana del aura de la Virgen inmaculada, alimentado la autoestima regional; por todo ello, sobran razones que a título de libertad de expresión se distorsionan los sagrados deberes morales y/o espirituales; puesto que la libertad de expresión es precisamente eso, libertad para exponer una serie de opiniones sanas, pero no es para hacer denotar laberintos con rasgos o expresiones dañinas a la moral y buenas costumbres.

La ciencia como cultura

La expresión ciencia podrá ser utilizada en un sentido amplio y muchas veces no técnico-científico; ello, para denotar cualesquier estudio referente a los fenómenos comúnmente de orden social, como las estructuras de cierto objeto, analizando y consensuando con cierta sistematicidad, puesto que las buenas relaciones, si están enmarcadas en lo correcto y las buenas costumbres, tienden a desarrollarse de generación en generación, todo apoyado en un amplio y agudo examen de los hechos, todo expuesto con argumentos racionales y de convivencia sana.

En esta acepción el término ciencia como conocimiento o saber, adquirido por las facultades intelectuales, respecto a la naturaleza de las que provienen, como cualidades y relaciones de una serie de aspectos. Este término es adaptado en su significado tradicional como "opinión, parecer o creencia", fácilmente cuestionables para otras personas, entidades o sociedades que al parecer no tienen la más mínima sensación, de ser partícipes dentro de escenarios que emergen culturas tradicionalmente arraigadas en muchas partes del orbe.

Así, de ese modo, por ejemplo; ocuparse científicamente de algo que atrae a la sociedad en su conjunto en la actualidad, esto porque ha tomado un cuerpo que ha trascendido a muchas latitudes, significa no abandonarse a la creencia del vulgo, no lanzar juicios de valor sobre la base de datos no atinados o no comprobados, sino remitirse a la prueba de los hechos en el lugar.

La compostura en sí, para muchas personas radica en conocer y aplicar valores morales en todo su contexto, así tendrán la capacidad intelectual de discernir en su cabalidad, que está hecho bien o que se ha hecho mal y reconocer ese error. De entre todas las artes, el desarrollo de la expresión artística, plasmada en imágenes y dibujos, es la que más se acerca a la veracidad de las cosas, objetos o paisajismo.

Magia de vida que hace vibrar el latido de nuestro corazón.

Virgencita del Socavón, patrona de mi "Oruro del alma", intercede ante Dios todopoderoso para que, mediante tu sagrada e inmaculada imagen, en un haz de sagrado proverbio, ilumine y bendiga nuestro departamento, concediendo en otro haz de sagrada sabiduría y belleza subliminal, perdón a quien o quienes mellen tu sagrada imagen.

La ética como aspecto fundamental

Uno de los aspectos más trascendentales de la formación de la personalidad del hombre para la vida, viene a ser la ética o moral, que es una parte fundamental de la filosofía, que trata precisamente de las buenas costumbres del hombre en la sociedad. Cuando uno ama y respeta a su madre, nunca permitirá que mellen su dignidad, su imagen y su personalidad, puesto que la esencia misma que fluye de ella es de aspecto de abnegación.

Palabras finales

Cuando un danzarín devoto de la Virgen, recorre con fe y devoción el trayecto, tras una máscara hacia el Santuario del Socavón y la dulce y sagrada Virgen Minera, su corazón y cerebro trabajan febrilmente, produciendo mil sensaciones emotivas de satisfacción, fe y devoción; poco después, derrama lágrimas y sudor al acercarse y llegar a los benditos pies de la imagen, siendo sin lugar a dudas un verdadero devoto por el recorrido como peregrinación. Así, todo danzarín en ese segmento de tiempo, se transforma en un verdadero poeta, porque al entrelazar sus oraciones con las emociones vividas, irradia sentimientos de amor por la Virgen, su conjunto folklórico, y la gente que le ve bailar, abrazando los arpegios del folklore, que luego se traducirán en eclécticos ramilletes de emocionadas plegarias en el santuario.

Para tus amigos: