La COB en la encrucijada

En los últimos días se realizado en la ciudad de Santa Cruz el Congreso de la Central Obrera Boliviana, este evento sindical ha tenido el respaldo del Gobierno, algunos dirigentes se han identificado con los postulados del oficialismo. Una convocatoria realizada a priori, sin llamar a asambleas, congresos departamentales, conferencias sindicales, que permitan discutir los intereses de los trabajadores, desconociendo al principal ejecutivo de la COB, solamente se ha reunido por medio de las redes sociales, muchos sectores no han participado en este evento sindical, debido a las discrepancias ideológicas y políticas.

El congreso ha terminado en forma rápida, sin discutir a profundidad los diferentes problemas que tiene la clase trabajadora, más se han dedicado al tema político del proceso de cambio, según dicen que han aprobado una lucha antiimperialista. Sin hacer una análisis reflexivo de la problemática nacional, para orientar al movimiento obrero.

Para mucha gente trabajadora ha pasado desapercibido el Congreso de los Trabajadores, en épocas pasadas, quien levantaba con fuerza la lucha, era la Federación de Trabajadores Mineros de Bolivia, porque quien dirigía los postulados de esta organización sindical eran los obreros mineros del país, hoy está disminuido, por diferentes factores, además en la coyuntura actual se ha presentado un Presidente indígena, ocasionado también confusión en el movimiento obrero, les queda apoyar al oficialismo o defender los intereses de los trabajadores, los nuevos dirigentes de la COB están en la encrucijada.

El actual Gobierno es un movimiento social no es un partido, están muchos partidos de distintas corrientes políticas, hasta los partidos neoliberales están en este movimiento, despojando a los compañeros campesinos y obreros, de este espacio político, su participación es nominal.

La COB, tiene una historia sindical y política, en el país, siempre ha estado al frente de los problemas de los trabajadores, defendiendo los intereses de la clase explotada, ahora se dice que los nuevos dirigentes de la COB están en manos del oficialismo, pareciera que tuviera algo de verdad, cuando el principal ejecutivo está pidiendo un espacio en el aparato político gubernamental, además han ratificado apoyar el proceso de cambio, si los actuales dirigentes actúan como militantes de un partido, estarían socavando la vida de esta organización sindical.

Mientras haya hambruna, desocupación, miseria en el mundo laboral, la COB no puede estar comprometida con muchas acciones equivocadas por las autoridades de Gobierno, en contra de los trabajadores, hasta ahora por falta de trabajo ha crecido enormemente la informalidad, el contrabando, que no ofrece estabilidad laboral, con beneficios sociales.

Existen sectores políticos que están interesados en dividir a la Central Obrera Boliviana, quieren llevar a su molino, para defender sus intereses de grupo. En estos últimos conflictos, la COB ha reaccionado tardíamente, pero en alguna medida ha tratado de solucionar, tales como el problema de la salud, que no es sólo problema de los médicos, es de todos los trabajadores y del pueblo.

Si los dirigentes están equivocando el camino correcto, son las bases de los trabajadores que tienen que dar dirección de lucha, a través de las asambleas, debates, discusiones, como los hacían en épocas pasadas los trabajadores mineros, esa es una gran lección.

La nueva dirigencia sindical, si quieren reivindicarse deben asumir una acción práctica, cuando hay problema en el mundo laboral, bajar a las bases, tenemos gente que no cuenta con trabajo, se encuentran en la miseria, soportando años, tienen que luchar por crear nuevas fuentes de trabajo, empresas productivas, que respondan a la demanda de la población, la pobreza continua, es necesario que los actuales dirigentes reflexionen, para defender a los explotados, oprimidos, luchar contra la corrupción que campea a diario, en todos los niveles de la administración, luchar contra el autoritarismo y sectarismo gubernamental, que daña a los trabajadores del campo y de la ciudad, manteniendo su independencia de clase y no perder su alianza con los más desprotegidos.