Sábado 03 de marzo de 2018
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Editorial y opiniones
DESDE LA TIERRA
Poder ciudadano, territorial y vertical
03 mar 2018
Lupe Cajías
Durante años revisé las noticias sobre las protestas sociales en Bolivia, desde 1914 a 2014, fundamentalmente mineras, y no tengo ninguna ficha sobre una movilización tan nacional y tan intergeneracional e interclasista como la que se dio el 21 de febrero de 2018 para pedir el respeto al resultado de la consulta de 2016.
En paralelo se desarrolló otra concentración, en algunas ciudades, convocada desde el Estado, aprovechando bienes del Estado, con controles corporativos, con presión a los funcionarios públicos- que deberían ser servidores- de diferente nivel y ¡oh paradoja! con agricultores acarreados desde las provincias. Los citadinos estaban en otra parte. Por no ser completamente voluntaria ni local, es imprudente analizarla.
En nuestra historia hay todo tipo de revueltas violentas; muy pocos ejemplos de movilizaciones pacíficas como la gran marea humana convocada por los propios ciudadanos y con sus propios medios.
Las protestas rurales eran casi siempre aisladas y sin aliados, hasta los años 30. Las huelgas comenzaron en las áreas de concentración de fuerza de trabajo, como Uncía, liderizadas por mineros chilenos que traían ideas socialistas y anarquistas. Durante el sexenio, 1946-1952, el más conflictivo a nivel social del Siglo XX, se sucedían paros, algunos indefinidos, en los campamentos de la Patiño Mines con diferentes repercusiones en otros centros y en ciudades intermedias. La primera ola de industrialización trajo también la organización fabril y batallas en las villas; ferroviarios protestaban en lugares determinados, igual que los gráficos o los periodistas. Casi todo concentrado en el área andina y parte de Cochabamba.