El inquietante panorama que presenta Greenpeace, apoyada por Human Rights Now y otras ONG niponas, contrasta con la versión de las autoridades de Japón, que hablan de una progresiva vuelta a la normalidad en estas áreas castigadas por la catástrofe nuclear desencadenada por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011.
En las localidades de Namie e Iitate, situadas a entre 10 y 40 kilómetros de la central de Fukushima Daiichi y donde se levantaron parcialmente las órdenes de evacuación en marzo del año pasado, la radiación continúa en niveles "muy por encima de los estándares internacionales", según Greenpeace.
La ONG señala asimismo la "escasa efectividad" de las labores de descontaminación en las zonas afectadas, y critica que Tokio "haya ido demasiado rápido" a la hora de reabrir estas áreas pese al "alto riesgo" que ello conlleva para sus habitantes, según dijo a Efe el experto en energÃa nuclear de Greenpeace Jan Vande Putte.
Pero esto no ha sido suficiente para convencer a las decenas de miles de personas que fueron evacuadas a la fuerza tras el accidente atómico o que abandonaron voluntariamente sus hogares por miedo a la radiación, y que han regresado a sus casas con cuentagotas.
De los aproximadamente 27.000 habitantes de Namie e Iitate que podÃan volver a sus domicilios, solo han regresado unos 950 o un 3,5 por ciento, según datos del Gobierno de la prefectura de Fukushima, que además de las reticencias de la población reflejan el proceso de despoblamiento que afecta a todas las zonas rurales de Japón.
La dosis de radiación marcada como referencia por el Gobierno para levantar las órdenes de evacuación es de 0,23 microsieverts por hora (Que suponen una exposición anual acumulada de un milisievert), en lÃnea con la recomendación de organismos internacionales.
Sin embargo, la organización ecologista y antinuclear ha detectado niveles máximos de 6,5 microsieverts por hora en algunas de las áreas reabiertas, 28 veces más que el tope, y su informe muestra que en el 60 por ciento de la localidad de Namie se supera el lÃmite permitido.
"No es que los datos oficiales sean incorrectos, es que la interpretación de los mismos ha sido manipulada. Siempre se pueden seleccionar las mediciones más favorables o las tomadas en zonas menos contaminadas", explicó el experto.
El accidente nuclear de Fukushima es considerado el peor de la historia tras el acaecido en Chernóbil (Ucrania) en 1986, y mantiene evacuadas a decenas de miles de personas, además de ocasionar graves daños a la economÃa local y acarrear un coste total para las arcas públicas estimado en 20 billones de yenes (152.815 millones de euros).
Fuente: Tokio, 1 (EFE)
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