La casa de espiritualidad y museo de la Madre Nazaria Ignacia

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Un lugar donde la población puede empaparse de la esencia y la acción que profesó la Madre Nazaria Ignacia, es la Casa de espiritualidad y museo que se tiene en el beaterio de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, ubicado en las calles Soria Galvarro entre Sucre y Murguía, lugar donde se preservan varios objetos y escritos de la primera Santa Boliviana.

Esta casa y museo comenzó armarse en la década de los 80, primeramente como un archivo de la Madre Nazaria Ignacia, donde se tenían sus escritos, después fue denominado como la Casa de la Madre, donde se resguardaban los objetos, fotografías, prendas e imágenes que fueron de su propiedad.

Aproximadamente 10 años les llevó a las Misioneras Cruzadas de la Iglesia estructurar la casa, ya que tardaron en recolectar varios objetos que se encontraban en otros departamentos y países. Nazaria Ignacia era una escritora, muchas personas que conservaban sus cartas enviaron estas a las hermanas para que sean atesoradas.

En este lugar, la gente puede acudir a rezar, a participar de un retiro, a tener un encuentro con el Señor y a empaparse del espíritu de la Santa Nazaria Ignacia, mujer que fue y es de ejemplo de motivación para no olvidar a la gente pobre que necesita la solidaridad del prójimo.

En el museo se encuentran varias imágenes como las de los Santos Protectores, también están los crucifijos que ella usaba como fundadora y gerente hasta su muerte, el formulario de votos perpetuos como hermanitas del año 1915, el anillo usado por Nazaria, el Cilicio en cruz usado como penitencia y expiación de los pecados, el Rosario usado en su Primera Comunión el 21 de noviembre de 1898, la estampita de su Primera Comunión, varias de sus biblias, un dibujo de la Casa de Fundación cuando ella llegó en el año 1920, libros de ejercicios espirituales y meditación, su pasaporte y documentos personales.

En otro sector está la Toca y el crucifijo que usaba como Misionera, su hábito de las hermanas de los Ancianos Desamparados, una foto de las primeras hermanas de la fundación.

Sobre su escritorio personal están el tintero, pluma y sello que usaba, junto a su cama y sobre su cómoda una imagen del Calvario de Jesús; asimismo un sinfín de artículos personales.

Entre algunas de las tantas prensas más preciadas están la imagen colonial de Jesús de Nazaret, el Niño Jesús llorón, que era el tesorero de los fondos de la congregación y las monedas de 40 centavos que ella recibió de la abadesa Ángela Mangudo, monto equivalente hoy a 4 bolivianos, con los que empezó la obra de atención, promoción y acción social que desplegó por amor a Dios.

Fuente: LA PATRIA