El comedor popular da un plato de comida y un aliento de vida a los necesitados
01 mar 2018
Fuente: LA PATRIA
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El amor y ayuda al prójimo fueron valores que destacaron siempre a la Madre Nazaria Ignacia, un reflejo claro de este principio de la "Santa Boliviana", fue la "olla común" y los comedores populares de las hermanas Misioneras Cruzadas de la Iglesia, quienes continúan dando humildemente un plato de comida a los más necesitados.
Para saber del comedor popular iniciado por Nazaria Ignacia, se debe conocer la realidad económica y social en la que se encontraba el departamento durante la década de los años 20 y 30, época en la que gran parte de los pobladores se vieron afectados por la migración de algunas salitreras que dejaron a muchas personas desempleadas y sin la posibilidad de conseguir el pan de cada día para subsistir.
Esta situación llegó a afectar a los mineros y a los del campo, grande fue la necesidad de los habitantes, ya que la cantidad de personas en situación de calle y mendicidad aumentó. Fue así que en respuesta a esta problemática, Nazaria Ignacia a partir de los años 30, con la idea de: "Quiero levantar la dignidad de las personas, quiero devolverles su dignidad, no solo quiero pan para los pobres", habilitó la "olla común" mediante el comedor popular, dándoles a los más pobres una oportunidad de seguir mediante el cobijo, el alimento y formación para no claudicar, principio que a lo largo de los años las hermanas Misioneras Cruzadas de la Iglesia continúan llevando adelante.
Actualmente el comedor popular atiende de lunes a sábado un promedio de 120 personas al día y en temporadas altas o especiales, como Navidad, llegan a acoger a más de 300 personas; ahora las hermanitas se preparan para la Semana Santa, que también es una época de mucha demanda ya que se tendrá más de 250 comensales de la ciudad y del área rural.
El comedor acoge a toda la gente necesitada, sin distinción de edad u procedencia, siendo la mayoría personas en situación de calle, indigencia y bebedores consuetudinarios, seres que por distintas situaciones de la vida cayeron en estas circunstancias y requieren una mano amiga.
La Hermana Superiora Jaqueline Romero, responsable de la casa de las Misioneras Cruzadas, explicó: "La actividad del comedor no se limita solo a repartir los alimentos, también tenemos un equipo de voluntarios, con quienes hemos intentado analizar el tipo de población que tenemos, existe mucha gente que cayó en el alcohol. Muchos nos dijeron que mantenemos a borrachos o a gente desechable, sin embargo creemos que todo ser humano necesita apoyo, cariño y una mano que se les extienda, algo que la Madre Nazaria expresaba en su tiempo".
Algo más del 70 por ciento de las personas son consumidoras de alcohol, una gran mayoría vive en alquiler o en la calle, entre ellos ancianos que fueron echados por sus familias.
Entre algunos comensales recordados con cariño, está un benemérito de la guerra del Chaco, que conoció a la Santa Boliviana de niño cuando vivía en el orfanato y que siempre acudía al comedor para visitar a "Su Madre" como el la denominaba, hasta antes de morir.
El trabajo diario en el comedor popular comienza a partir de las 08:00 horas, las responsables preparan los alimentos de acuerdo a una nutrición especial que necesita esta población; dos personas se hacen cargo de la elaboración del almuerzo, quienes apoyadas por las religiosas y algunos voluntarios realizan la distribución de la comida a partir de las 12:00 horas.
Los comensales al ingreso son recibidos con una cálida bienvenida, primeramente se asean las manos en el patio y luego ingresar a los ambientes, donde tienen un momento de oración de acuerdo al tiempo litúrgico y también un instante de reflexión, luego se comparte el plato de comida según el menú, ración que se termina siempre y que en muchas ocasiones es lo único que se llevan a la boca en todo el día.
"No debemos permitir que haya gente en la calle, que no haya gente que por falta de oportunidades no puedan realizarse como personas, eso buscamos aquí, queremos ayudarlos para que vivan con dignidad", añadió.
Romero también señaló que los orureños de buen corazón siempre apoyan al comedor, personas que silenciosamente guiados por la Madre Nazaria acuden para dar alguna fruta, golosina o alimento.
Fuente: LA PATRIA
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