Afuera, a los pies de la torre del bello templo colonial, la espera una mujer que trabaja en su telar un hermoso paño oscuro del que ya han brotado, en una ancha franja, los colores lila y naranja que dan forma a extrañas y atractivas figuras en una secuencia que conduce al mundo subterráneo. No es el lenguaje del cielo y del infierno, sino el de la vida de arriba y la de abajo, lo seco y lo húmedo, el anan y el urin. Las manos de mi madre se acercan a las de la mujer, se entrelazan para sentir las vibraciones de la tierra en el tejido. Con ella va hasta un largo pasado que puede sentir en su propia sangre.
Teresa Gisbert, que nunca dejó su honda raÃz española, que sentÃa que una parte de su alma estaba en las tierras valencianas y en el sonido peculiar del catalán de sus padres, nacida al pie del Resplandeciente, fue seducida por esas yerbas que nos cautivan y quedó unida para siempre a los gigantes que nos envuelven en este espacio de hermosos sones, largos silencios y aire cortante y transparente.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresÃa Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del dÃa en PDF descargable.
- FotografÃas en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.