Precio de materias primas regula la economía boliviana

La dependencia económica de varios países productores de materias primas estratégicas, como hidrocarburos y minerales, hace que estén sujetos a las variables que determinan las operaciones competitivas de esas naciones altamente industrializadas y definan los precios para los commodities, lo que significa regular todo el movimiento financiero en función a ese juego de alta competencia de intereses y políticas regulatorias.

Algunas condiciones de orden económico interno, nos muestran la existencia de un alto índice de pobreza en el país, aunque de manera contraria existan cifras que en nivel externo colocan al país entre los de mayor crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) y eso se debe a factores coyunturales que han permitido generar un ahorro "automático" que da margen al país a mover sus cuentas, incluso elevando sus límites por ejemplo de endeudamiento externo.

Nuestra economía está vinculada necesariamente al precio de las materias primas, el gas por un lado y los minerales por otro. En el primer caso con alguna esperanza de mejorar aún más los ingresos si el precio del barril de petróleo sigue en alza, por encima de los $us 50. Aunque el tema será de cumplimiento de los convenios tanto con Brasil y Argentina que demandan más cupos, que por lo visto no podemos garantizar de manera oficial.

En tanto en el caso de minería, el asunto es que el movimiento de precios se mantiene estable y en ciertos casos con ligeras subidas que mejoran el rubro de exportaciones mineras, pero sin llegar al punto ideal de vender nuestros concentrados convertidos en metales con valor agregado y además en condiciones de que tales materias primas se conviertan en productos para la demanda interna, diversificando el proceso de industrialización nacional.

Si hay algo que no pueden ignorar las altas autoridades que manejan la economía nacional, es que nuestro país cuenta con una riqueza natural estratégica de alto valor económico, pero que necesita industrializarse para lograr un valor de abierta competencia con los países vecinos y otros más desarrollados que todavía nos compran nuestros commodities y nos devuelven convertidos en variados productos de alta demanda, especialmente en las líneas de la construcción y repuestos automotores, también en cierto tipo de manufacturas.

En la visión de políticos, este hecho es preocupante, pues no hay políticas ciertas que definan con la urgencia que exige el tema, facilitar la industrialización de las materias primas y de la minería en particular como elemento de ineludible prioridad.